Cuando hablamos de conservas, hablamos de Mendoza, de las tradiciones heredadas de nuestras abuelas inmigrantes, de esas recetas que en su sabor tienen historia a familias que recibieron una herencia milenaria del mundo.
La subsistencia del hombre siempre estuvo ligada a la preocupación de poder alimentarse sin inconvenientes, es por ello que los métodos de conservación de los alimentos cuentan con una extensa trayectoria. Para preservar sus productos, las tribus aborígenes los enterraban en el hielo, secaban los frutos, salaban los pescados y acudían a técnicas rudimentarias para sobreponerse al invierno, a los períodos nómades y de carencias.
Los griegos y los romanos salaban, ahumaban y secaban al sol carnes y pescados. Así es como a lo largo de la historia se ha comprobado que las sustancias que sirven como método de conservación son las grasosas como el aceite y la grasa de pato; las ácidas como el vinagre; y las dulces como el azúcar, ya sea en dulce o en almíbar.
Membrillos asados en conserva (4 porciones)
Ingredientes:
Membrillos cortados en octavos 200 grs.
Azúcar 80 grs.
Vino blanco 100 cc.
Agua 500 cc.
Almíbar 500 gr.
Clavo de olor 1 unidad por frasco
Laurel 1 hoja
Semilla de cardamomo 1 unidad
Canela 1 rama pequeña
Preparación:
Lavar los membrillos con cepillo, retirando de su cáscara todas las imperfecciones y la pelusa. Tomar cada uno, dividirlo en 8 trozos, agregar el azúcar y dorar en un horno a 200 grados. Una vez dorados, agregar el vino blanco encima y dejar en el horno durante unos 5 minutos más para terminar la cocción en su punto justo. Enfriar y colocar en los frascos esterilizados.
Los frascos deben estar bien lavados -con agua y jabón- para colocarlos luego en una olla con agua. Una vez que el agua entró en ebullición, mantenerlos allí durante 10 minutos. Retirar y colocarlos boca abajo, dejar enfriar y luego escurrir o secar en horno bajo.
Colocar los membrillos dentro del frasco, agregar el clavo, el laurel, el cardamo y la canela -si alguna de esas especies no es de su agrado simplemente no colocarlas-. Rellenar el frasco con un almíbar liviano preparado con el azúcar y el agua. Es importante cubrir toda la fruta y tapar con mucha fuerza el frasco.
Para que los membrillos duren en nuestra alacena todo el invierno, se deben guardar en un envase hermético y llevar a Baño María durante 25 minutos una vez que tomó hervor. Guardar en la alacena hasta el momento de usar. Después de abierto el frasco, el producto dura solamente 5 días.
Con este membrillo se pueden hacer tartas, también servir con una crema batida o de nueces, o con queso crema y cáscara de limón. Queda exquisito para acompañar cerdo con batatas, también triturado con aceite de oliva y pimienta de Cayena.