Marilina Bertoldi vuelve a Mendoza para presentar su nuevo álbum Mojigata, un trabajo que abre una nueva etapa en su vida artística y que rompe con los moldes que estableció en su producción anterior, pero donde no deja de ser ella misma; al contrario, lo es más que nunca.
Para entender Mojigata hay que ponerlo en contexto. El disco llega cuatro años después de Prender un fuego, material que le valió el Gardel de Oro en 2019, convirtiéndola en la segunda mujer en recibir ese galardón (la primera fue Mercedes Sosa en el año 2000) y que fue nominado a Mejor álbum de música alternativa en los Grammy Latino de ese mismo año.
Pero más allá de los premios y reconocimientos, Prender un fuego supuso una revolución para el rock argentino y la escena musical del país. Fue un quiebre comandado por una mujer que trajo frescura y renovación a una escena agotada y rancia. Marilina logró dar vuelta lo establecido conquistando al público en el camino y ganándose el puesto de referente del rock nacional.
Y a veces lo que sucede con fenómenos tan exitosos como el de Bertoldi es que la opinión pública pone altas expectativas en lo que vendrá. Es muy común que artistas rompan todo con un disco y su sucesor se quede a medio camino, o no cumpla con las exigencias de los oyentes que, muchas veces, no pueden aceptar la evolución de un compositor y, más que nueva música, esperan una continuación de eso que tanto les gustó anteriormente. Pero este no es el caso de Marilina, que no sólo es sinónimo de éxito, sino de calidad y rebeldía.
Luego de un disco tan exitoso como Prender un fuego ¿Te sentiste presionada al crear nueva música?
La verdad es que no, y me pasó lo mismo en cada disco. Por alguna razón que agradezco, cada disco fue superando al anterior en algún aspecto y lo que me dejaron no fue presión para el siguiente, sino que me habilitaron de algún modo ante el oído público a cierta curiosidad y expectativa de algo que sé que puedo cumplir. Se esperan mis volantazos y cambios bruscos. Agradezco siempre haber tomado decisiones de cambio drásticas porque ahora es un poco lo que se espera de mí, al contrario de ser cuestionada por eso. Y naturalmente yo voy hacia eso, hacia el cambio constante.
Mojigata sigue por el camino del rock, de eso no hay dudas, pero funciona como transición del Funk y Soul que envuelven su disco anterior, hacia un rock más setentero con elementos clásicos y muy inspirado por figuras femeninas como PJ Harvey, Alanis Morissette y Fiona Apple.
El nuevo material está producido artísticamente por ella y cuenta con once tracks que dan paso a un universo de canciones que toma forma al escucharlo completo. Con una duración que no llega a la media hora, Mojigata es una obra concisa que va revelando, tema tras tema, un lado más introspectivo y personal de Bertoldi.
«Fue crisis total. Personal, ante todo. No estaba bien, y no fue hasta que salió el disco que no logré recuperarme por completo. Puedo decir con total felicidad que recién en este momento estoy por fuera de esa crisis (entrando en la siguiente seguramente jaja). Como me gusta decir «siguiente problema por favor». Creo que lo peor que me pudo haber pasado en la vida fue sostener un mismo problema por mucho tiempo, darle vueltas, no permitirme crecer por fuera de ese terror. Al abandonar finalmente un problema, viene otro. Entonces, vamos al siguiente», explica Marilina al ser consultada por su proceso personal a la hora de darle vida a este álbum.
Para saciar la ansiedad de los fans, la santafesina fue entregando singles hasta la salida oficial del disco. Cosa Mía, Amuleto y La Cena forman un tríptico musico-visual con participaciones estelares: en el primero aparece la actriz Beatriz dos Santos, en el segundo la cantante chilena Javiera Mena y en el tercero María Riot, trabajadora sexual, actriz porno y activista por los derechos de las mujeres. Destacando estos últimos dos por su alto erotismo y expresión del deseo.
Los videoclips de Amuleto y La Cena ¿Nacen de tus fantasías?
La Cena sí, absolutamente. Amuleto es más bien una fantasía de Miche y Gonza, les directores. La fantasía de La Cena es María Riot, ni más ni menos, el contexto pudo haber sido variado, aunque tengo una debilidad por todo lo que es el campo, lo antiguo. Pero en el caso de Amuleto nunca fantaseé con una doctora, aunque pude vincularme bastante con ciertas imágenes más abstractas del deseo.
Amuleto es una balada electrónica a dúo con la chilena Mena y es el único feat dentro del disco. Su elaboración involucró un trabajo a distancia entre ambas artistas. «Fue una hermosa experiencia, nueva también. Nunca había hecho ese proceso, menos a distancia ya que vive en España. Aun así, fue todo muy cálido y humano. Agradezco lo que pasó porque ahora no quiero bajar la vara si alguna vez vuelvo a hacer algo con otre artista. Aun así, las colaboraciones y feats no son lo mío. Me parecen tiradas de los pelos en general. Lo de Javiera fue tan orgánico que nunca se sintió de otro modo», cuenta Marilina sobre el desarrollo de la canción.
Ante su inminente show en Mendoza, las expectativas del público son altas y las de ella también. «La gente se va a encontrar con un show vivo, en vivo. Respondemos al público. Si nos agitan no paramos de subir, estamos ahí para una experiencia en conjunto y ese es nuestro diferencial. La última vez que fui a Mendoza fue increíble y era con el público parado, hice mosh, no me querían devolver al escenario, fue espectacular. Este año nos encuentra con butacas, espero que la gente no esté un segundo sentada porque me muero de la tristeza».
Para cerrar, le preguntamos si escucha música mendocina y si le gusta algún artista o banda local. «Me encantan Las Ex, es más, cuando gané el Gardel de oro allá (ese año los premios se hicieron en Mendoza) me fui a festejarlo con ellas y varias músicas más que estaban en la ciudad. Son gente hermosa y muy divertida. Recomiendo.»
Marilina Bertoldi promete poner el escenario del Teatro Mendoza en llamas, este sábado 7 de mayo, a las 21 hs.