El mundo del diseño de indumentaria es un escenario en constante transformación, donde las tendencias emergen y evolucionan con el paso del tiempo. Este 2024, estamos viendo un panorama diverso y emocionante que abarca desde un enfoque más consciente hacia la sostenibilidad hasta una explosión de creatividad maximalista y una despedida a los tonos neutros.
Estas tendencias reflejan no solo cambios estilísticos, sino también una respuesta a los desafíos ambientales y sociales de nuestro tiempo. Es, en otras palabras, una invitación para explorar nuevas formas de expresión y contribuir a un futuro más vibrante y consciente en la industria de la moda.
Sostenibilidad como tendencia de moda
Según datos de la ONU, la industria de la moda es la segunda más contaminante en todo el mundo después del petróleo. Los principales problemas que se presentan al producir estos productos son: el consumo y la contaminación de agua potable, el uso de productos químicos y la acumulación de desechos, y las condiciones empobrecedoras de los trabajadores que confeccionan las prendas que, en su mayoría, son mujeres.
Ante esta situación, tras un extenso y repetitivo pedido de una legislación por parte de los activistas, la UE ha aprobado una nueva legislación sobre ecodiseño, que se espera que el Parlamento Europeo adopte formalmente a principios de 2024. En ella, se prohibirá la destrucción de productos textiles y calzados no vendidos; se establecerán requisitos sobre la durabilidad, reutilización y reparabilidad de los productos; y se introducirán pasaportes digitales de producto que ayudarán a ofrecer más transparencia sobre cómo se fabrican los artículos y su impacto ambiental.
Con esta premisa, la reconocida empresa Gucci lanzó hace unos años un programa llamado Gucci Equilibrium, donde trabajan en estrecha colaboración con sus proveedores para garantizar un abastecimiento rastreable y sostenible en cada paso de la cadena. Y los resultados dan que hablar: para 2025, pretenden reducir un 50% las emisiones de gases de efecto invernadero y, desde 2015, han logrado reducir el 39% de su huella en toda la cadena.
¿Qué podemos hacer nosotros a la hora de consumir moda y ayudar al medioambiente? La clave es informarse y ser curiosos como consumidores. En primer lugar, investigar la composición de las prendas y buscar el impacto de las mismas. Además, acudir a ferias vintage o comprar ropa circular es una buena alternativa para el cuidado del planeta y nuestro bolsillo. Por otro lado, si deseamos expandir la vida útil de una prenda que ya no usamos, las mejores opciones son donarla, reciclarla o transformarla en otra cosa.
Tendencia de moda: Estilo maximalista
Los expertos en moda aseguran que no es casualidad que el maximalismo regrese como tendencia debido a que venimos de años duros, como la pandemia y la cuarentena, por lo que es normal que las personas quieran sentirse más vivas y así lo proyectan en sus outfits. Pero, ¿qué es el maximalismo?
El maximalismo se caracteriza por tener una abundancia de elementos. Los colores llamativos, las texturas, los accesorios extravagantes y los estampados variados son los protagonistas de esta moda que ya marca tendencia en el street style. Así mismo, tiende a abrazar una mezcla de estilos, épocas y culturas. La combinación de elementos diversos contribuye a la riqueza visual.
Esta estética nació en los años 80, cuando diseñadores como Vivianne Westwood o Jean Paul Gaultier desafiaron los patrones establecidos por la moda minimalista explorando la abundancia y la exageración a la hora de vestirse. Y ahora ha vuelto…
Si querés llevar el maximalismo, el primer paso a seguir es ahondar en tus pensamientos y sentimientos debido a que representa las emociones personales. Además, esta moda está caracterizada por la superposición de prendas. Recordá que este estilo representa la energía y la expresividad, por eso mismo depende de los gustos personales y de la sensibilidad estética de cada quien.
Adiós a los colores neutros en la tendencia de moda 2024
Los ambiguos ya no son los protagonistas, ni lo serán este año. El 2023 se llevó consigo la idea de lo aesthetic y este año podemos ver cosas más reales, llenas de color y desorden que, en definitiva, es un poco la vida que llevamos. Los tonos más llamativos (de los más cálidos a los más fríos) van ganando cada vez más terreno. Y, aunque parezca una alternativa arriesgada, y más cuando estamos tan acostumbrados a la serenidad de colores como el blanco, el beige, el topo o el gris, llega el momento de apostarlo todo por la vitalidad que regalan los tonos más vivos.
Los tonos pasteles en las prendas pasarán a un segundo plano con la llegada del rojo, el rosado, el azul y otros colores más llamativos. Acá te dejamos algunas referencias para que te animes a ponerle color a tus prendas.
