La combinación de la ropa fetichista y la moda no es algo nuevo pero la Gala del Met, por ejemplo, con Kim Kardashian vestida de pies a cabeza en un traje negro de algodón de Balenciaga, hizo su regreso a la vida cotidiana, pública y privada.
Los fetiches hoy están dentro y fuera de la alcoba, la ropa de cuero, los arneses, los trajes de látex y las máscaras cruzaron la puerta de la intimidad para convertirse en accesorios y marcar estilos a la hora de vestirse.
¿Cuál es el origen de los fetiches? ¿Surgen espontáneamente o los podemos elegir?
«El término del fetiche originalmente representaba algo negativo. En el siglo XVIII, los europeos introdujeron el término fetichismo para señalar las prácticas de las tribus de África occidental. Deriva del término portugués ‘feitiço’ que hace referencia a un objeto mágico o religioso, como un amuleto o talismán», expone Pitt, el filósofo y fotógrafo fetish, en el documental «¡Descubre tu fetiche!».
Y así explica por qué la oscuridad y lo siniestro juegan un rol importante en la cultura BDSM, siglas que significan bondage, disciplina, dominación/sumisión, sadismo/masoquismo. La pregunta crucial es por qué lo fetiche sigue conservando esa connotación marginal cuando se le relaciona con la sexualidad.
Este término desembocó en la sexología o la psicología sexual y subordinó las perversiones; en el caso de Freud, está profundamente arraigado en su teoría de la libido.
«Fetichismo sexual» es una desviación de los impulsos sexuales de un sujeto hacia un objeto erótico sustitutivo que puede ser una parte concreta del cuerpo -pelo, pechos- o un objeto -ropa, zapatos-. Se podría decir que lo que pasa en el dormitorio se queda allí, sin embargo, cada vez más, las tendencias tienden a romper los códigos, los tabúes y las barreras de lo convencional.
La publicista Kaddie Rothe afirma que el fetiche no se elige sino que se apodera de uno. ¿Cómo? A través del sistema capitalista que fetichiza productos mediante campañas publicitarias e influencers; así el concepto ‘fetichismo de la mercancía’ de Karl Marx está más vivo que nunca.
Entonces la gente siente la necesidad de tener fetiches porque es algo natural y en la actualidad, post pandemia, hay un resurgimiento por esta elección y de estos juegos de roles dentro de la habitación. «Se da, en parte, como una reacción a la contención», aseguran.
Fetish Wear, ¿una tendencia o una venganza a la pandemia?
La pandemia y la obligación de llevar puesto un barbijo 24/7 habrían despertado las tensiones y el deseo de entregarse a nuevas fantasías. El encierro nos hizo ser más aventurados, a jugar bajo las sábanas y a experimentar todo tipo de sensaciones y roles. Aristas que se hacen sentir muy fuerte en la escena de la moda.
Fuera de la intimidad, el cuero, la lycra, el látex y otros materiales podrían formar el atuendo fetichista sutil y chic para atreverse a lucir en la alfombra roja, o en la calle. La elasticidad y la sensualidad están a la orden del día.
Los diseñadores han acercado esta estética y han ampliado los límites de todas las personas. Apuestan por lo sin género y la sexualidad para crear accesorios que pueden ser tan poéticos como libidinosos, como es el caso de Juan en tu Alcoba.
Juan Manuel Orfila y Juan Segundo Estrada son los socios creadores de diferentes accesorios fetiches para usar dentro y fuera de la alcoba, con o sin ropa. Vieron la necesidad de estos productos y la falta de oferta en la provincia y en el país por lo que se pusieron en acción.
Sus diferentes modelos son hechos a mano, a medida y por pedido. Son veganos, unisex y personalizados ya que terminan de diseñar con las preferencias estéticas del clientes.
«Nuestro objetivo es que cualquiera pueda usar nuestros accesorios, no encerrarlos dentro de la cultura BDSM y dejarlos fuera del alcance de muchos. Quien quiera puede tener sus accesorios fetish para completar su look fuera de la alcoba o para profundizar fantasías de explorarse y experimentar dentro de la habitación».
La materia prima de Juan en tu Alcoba es goma industrial negra «super resistente, suave al tacto, linda de aspecto». Con ella crean distintos arneses, bicepsband, esclavas, sujetadores, muñequeras, esposas y chokers, «ahora estamos trabajando en unas máscaras».
Con ellos aparece el rol playing, la exploración de la sexualidad, «del cuerpo de uno y del otro, como sea con quien sea donde sea, esto es un condimento extra, un juego que muchos eligen». Culturalmente, el choker tiene el mismo valor o significado que una alianza de casamiento comenta Juan y explica: «Dentro de la cultura hay un personaje dominante y uno sumiso. El choker lo regala un dominante y si salís a la calle con uno puesto significa que tenés un dominante. Se respeta mucho esto».
Además del juego, estos accesorios fetiches permiten estar a la moda y varios «se están animando a usar». «En Mendoza estas piezas se ven mucho en las fiestas diversas surgidas post pandemia. Durante el encierro puede ser que perdimos miedos y nos animamos a más pero es algo que existe desde hace mucho tiempo».
Para conocer más sobre Juan en tu Alcoba, visitá su Instagram @juanentualcoba o coordiná visita a su atelier en el coworking Chapas de Coria.
Quienes también diseñan arneses y accesorios para liberar tabúes son las marcas locales Monse y Piuk Lab.
Fotos: Juan en tu Alcoba