Este año se estrenó en el MALBA de Buenos Aires, Jardín de Sueños, un documental sobre el Laberinto de Borges que se construyó en la Estancia Los Alamos (1830) de la familia Bombal, en San Rafael. Sus directores, Alejo Yael y Javier Tanoira reconstruyen la historia que llevó en 1979 al consagrado diseñador de laberintos, el inglés Randoll Coate a diseñar un laberinto en homenaje al escritor argentino.
El documental todavía no se ha emitido en Mendoza, sin embargo conocemos algo de la odisea por las crónicas periodísticas que fueron reflejando a lo largo de los años, cómo fue que un buen día la Estancia Los Alamos se convirtió en un jardín borgeano.
Alejo Yael y Javier Tanoira, con las voces en off de Borges y Coate, cuentan aquel sueño que tuvo el inglés anticipando la muerte del escritor. Randoll Coate había conocido a Borges en 1957, a través de una amiga en común, la escritora Susana Bombal, propietaria de la Estancia Los Alamos donde Borges y su hermana Nora solían pasar vacaciones.
En el film es el mismo Coate quien nos cuenta cómo cinco años antes de la muerte de Borges tuvo un sueño en el que Susana Bombal lo llamaba para anunciarle que su amigo escritor había muerto. En su sueño Coate le propone a Susana recordar a Borges con uno de sus diseños. Ambos, el escritor y el diseñador compartían esa fascinación por los laberintos y sus símbolos.
“Pensé en un laberinto de laberintos, en un sinuoso laberinto creciente que abarcara el pasado y el porvenir y que implicara de algún modo los astros”, escribe en “El jardín de los senderos que se bifurcan”, Jorge Luis Borges.
En 1986 el escritor muere y Coate diseña su laberinto. Pasarían 25 años para que un sobrino nieto de Susana, Camilito Aldao (h), al enterarse de la existencia del dibujo, junto a María Kodama y el paisajista Carlos Thays (nieto del creador del parque San Martín) iniciaran un plan para construirlo. Pero el proyecto no vio la luz sino hasta 2003 cuando un grupo de amigos de Camilo Aldao, el periodista Mauricio Runno, Gabriel Mortarotti y Andrés Ridois dicidieron concretarlo.
“Esta es la historia del recorrido del laberinto a lo largo de los años, desde la fascinación del escritor hasta su materialización”, cuentan desde la productora del documental. Y no es para menos, en la película se pueden ver grabaciones caseras del traslado de las plantas, la traza del diseño y sus marcas con más de 1000 estacas.
El laberinto cuyo diseño mantiene las indicaciones de Coate ocupa una superficie de casi una hectárea, y está formado por más de 8000 arbustos de buxus. Dentro de éste se encuentran muchos de los símbolos borgeanos: el espejo, el reloj de arena, la cara de un tigre, el bastón de un ciego y hasta la cinta de Moebius. También se puede leer el nombre y apellido del escritor, las iniciales de su viuda, y, tiene al mismo tiempo la forma de un libro abierto al universo.
El documental es una reconstrucción de la historia, con el testimonio de varios de sus protagonistas, y recorre una de las obras paisajísticas más singulares del continente. El mismo diseño posee dos réplicas: una en Tigre y otra en Venecia que en el momento de su inauguración se iluminó al mismo tiempo que la de la Estancia Bombal.
La voz de Randoll Coate explica en el film los secretos de su diseño: “El laberinto es un libro abierto, este es el primer símbolo borgeano. Después dice Jorge Luis Borges, con las letras en el mismo orden, es un truco maravilloso, una gran revelación y una casualidad que lo llamaran Jorge Luis Borges. Después dibujé la imagen del espejo, que es algo milagroso, porque ves lo mismo pero en realidad no es lo mismo sino lo opuesto.
“El elemento del tiempo es muy importante, yo pensé cómo uno podría describir el tiempo en un laberinto, y me di cuenta que las dos O del Borges de arriba y del de abajo formaban un reloj de arena perfecto y ese es sin dudas el mejor símbolo para medir el tiempo, y además es totalmente Borgeano. El de arriba es un 8 y el de abajo un 6, y ahí está la duración de su vida: 86 años, en las arenas del tiempo.
“La S extendida de abajo forma un gran signo de interrogación y ese es otro de los grandes símbolos de Borges, sus misterios, sus enigmas y todo lo inexplicable que hay en su obra”.
Esperemos poder ver pronto en Mendoza Jardín de Sueños, mientras tanto te mostramos su tráiler: