Cuando voy a entrevistarla, la mujer más sexy de la televisión mendocina me abre la puerta vestida de entrecasa y con una cola de caballo en el pelo. Me pide que la acompañe a la cocina porque está terminando de lavar los platos y si no lo hace ahora no lo hace más, dice. Una semana después, cuando nos juntamos de nuevo para hacerle las fotos, la femme fatale que se despliega frente a la cámara parece que fuera otra. Pero no, es ella. La misma Amalia Díaz Guiñazú.
Nació en Mendoza hace 34 años y antes de convertirse en una de las caras más lindas de la tele mendocina –informa de espectáculos en el Noticiero de Canal 7– pasó su adolescencia en un convento de Barajas, España, donde vivió por un tiempo, y los boliches más concurridos de Mendoza, donde trabajó de promotora y bartender durante otro tiempo.
Fue «medalla de oro en el colegio», asegura que es «muy estudiosa» y desde chica trabajó para pagarse sus estudios. Al principio pensó que quería ser abogada y le gustaba la diplomacia: «Imaginate…», me dice riéndose, «¡armo la Tercera Guerra Mundial en diez minutos!». Pero a pesar de tener excelente promedio no duró más de un año estudiando Derecho.«Me di cuenta de que no iba a poder ejercer, iba a agarrar sólo los casos que me parecieran justos. Y aparte tengo una vena artística, ¿qué le voy a hacer? Yo quería ser periodista o actriz o modelo.Fui adolescente en los ’90, y todo eso estaba de moda. Como ahora, que todos quieren ser DJ o blogger», dice.
Con sus ahorros pagó la matrícula y primera cuota de Locución y empezó la carrera. «Le llevaba los billetitos al contador de la facultad, hacíamos planes de pago, a veces él me prestaba los dos pesos que me faltaban para poder rendir», cuenta. Finalmente a los 22 consiguió su primer trabajo como secretaria, con sueldo fijo, y a los 24, gracias a un casting, entró en Radio Cooperativa.
Ahí empezó su carrera en los medios de Mendoza, pasó por varias radios y se instaló finalmente en Canal 7, al principio en A las 12 con las 12, un talk show junto a Marcelo Ortiz, y luego en el noticiero del mediodía, donde se desempeña actualmente.
También se ha subido a los escenarios de la Vendimia (como candidata a reina de Capital, primero, y como locutora de la fiesta grande después) y a muchos otros a cargo de la locución de eventos tanto privados como gubernamentales, ha moderado debates y presentado autores en la Feria del Libro de Mendoza. También fue enviada como periodista «multifunción» para conducir Buenos Días América, un programa de América 24. Pero ese sueño duró poco:«por una reorganización en el canal» su contrato fue dado de baja poco después de su llegada a Buenos Aires.
–¿Te han roto el corazón?
–Sí, ¡y cómo! En realidad he sido muy feliz al lado de quienes elegí, pero a veces cuando elegí, no me eligieron o se asustaron… Supongo que nos pasó a la mayoría– reflexiona.
Como novia dice que es relajada y para nada celosa, pero tampoco liberal. «Soy muy independiente así que creo que demando lo que todas: respeto. Me desalientan mucho los hombres que, justificando lo injustificable, insultan tu inteligencia. Así que ni demandante ni celosa, pero vos conmigo y yo contigo, no me vengas con cosas raras, esas cuestiones liberales no las entiendo bien. Estaré fuera de época…».
A la hora de la búsqueda dice que le gustan los hombres «trabajadores y buenos» y que le digan «cosas lindas toooodo el tiempo», dice entre risas. Y ahora, que está volviendo de a poco al circuito de la conquista, también se siente un poco fuera de época: «los chicos están distintos hoy, las redes sociales les facilitan el acercamiento, pero hay menos tolerancia a la frustración. Ya no es como hace diez años que un chico insistía y te hacía saber que le gustabas, ahora tenés que adivinar y por ahí te llevás sorpresas. Atenti chicos: nos sigue gustando que insistan».
«No me considero tan bonita como sí sexy… me pongo un jean y me queda de cierta manera»
«La gente me dice que soy linda pero yo no me considero tan bonita como sí sexy. No es que busco ponerme así o vestirme así, me pongo un jean y me queda de cierta manera, pero es un embole porque la sensualidad en una mujer en una sociedad machista da un mensaje erróneo».
–¿Sufrís por esto?
–Y sí, ¿yo qué culpa tengo? Pero me ha hecho sufrir, me hace sufrir y me lleva horas de terapia. La autoestima se construye de la opinión de afuera, es el espejo de lo que los demás piensan de vos.
«Si a vos todos los días te están diciendo “sos gato, sos puta”… eso también es bullying».
«Si a vos todos los días te están diciendo “sos gato, sos puta”… En eso va mucho la revancha del hombre que no se siente respondido y te agrede. Una forma es cosificarte», dice. «Eso también es bullying, resaltar un aspecto que no está relacionado con tu conducta. En esto hay mucho prejuicio y el 90%se da por “estar buena”. ¿Vos sabés la cantidad de bullying que he sufrido en todos lados? Y como no sos la chiquitita, la cuatro ojos, encima ¿quién te cree? Y si vos te parás y decís las cosas quedás como jodida».
–Y… ¿sos «jodida»?
–Soy una persona exigente, que no significa ser bruja. Yo no maltrato, pero si de entrada ya vengo con un prejuicio tengo 25 puntos en contra. Diciendo que soy conflictiva me desacreditan, porque nada de lo que haga cae bien. Soy exigente para laburar, pero eso no es ser mala. Yo por haber trabajado en la calle mucho tiempo arreglo las cosas frente a frente, no voy a un jefe, porque yo sé lo que es necesitar trabajo y me la he tenido que arreglar sola y cuidándome de que no se piensen cualquier cosa. Y a veces lo que puede ser un plus, como “estar buena”, es un contrapeso tremendo, porque la sociedad es recontra prejuiciosa y machista. A mí me han dicho que soy gato por caminar nomás.
La pregunta, igual, queda resonando. Y ella dice: «Soy jodida, a ver… sí, soy jodida, pero tengo muchos amigos. Es más la gente que me quiere que la que no me quiere».
Agradecimiento: Vararte Café Cultural.
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