En la casona de la calle Guardia Vieja, además de la bodega que almacena los tintos Don Nicanor, el restaurante de Nieto Senetiner abre de lunes a sábado con un menú fijo preparado por la chef Sol Isoler y la parrillera Virginia Lázaro.
Las galerías con vistas al Cordón del Plata son el marco perfecto para degustar la entrada, que consiste en humita, lengua a la vinagreta y hongos salteados, mientras esperamos que la carne alcance el punto en la parrilla. El Semillón DOC de la bodega, para acompañar la entrada, nos introduce en una suerte de cata espontánea guiada por Marcelo Molina, nuestro anfitrión. También disfrutamos del champán y de exquisitos panes saborizados con manteca elaborada en la propia cocina del restaurante, todos detalles que distinguen el menú.
Tomatitos cherry caramelizados con queso y otras variedades de ensaladas anticipan las empanadas de carne cortada a cuchillos con una masa casera deliciosa. A esta altura degustamos el Cadus, un insuperable Bonarda de Nieto Senetiner, de las fincas de Agrelo. Inmediatamente el mozo nos pregunta el punto de preferencia para la carne y minutos después nos sirve la parrillada en distintas etapas. Chorizos, morcillas y tira de asado para empezar, un corte de cerdo con ananá asado a las brasas y un vacío cocido a la perfección. Sobre el final, la codiciada entraña crocante con el punto ideal supera nuestras expectativas.
Entre los postres elegimos las peras al Malbec y nuestros amigos se inclinan por el flan casero con dulce de leche y la crême brullet. ¡Cuál de todos mejor! Probamos cada uno de ellos acompañando esta dulce degustación con el Cosecha Tardía Don Nicanor.
La tarde cae sobre la finca de Vistalba y no dudamos en decir que hemos pasado un mediodía perfecto, con un menú que sale $500 para disfrutar de los mejores cortes a la parrilla con vinos de alta gama que pueden repetirse libremente.
