La muerte trae a relieve los más importantes valores culturales por los cuales la gente vive y evalúa sus experiencias. Distintas culturas a través del tiempo se han expresado por medio de la danza, el canto o un rito solemne para recordar a las personas que ya no son parte del mundo terrenal; y al hacerlo celebran la vida. Existe una extraordinaria variedad de ritos alrededor del mundo relacionados con este tema, siendo las más ligadas a nuestra cultura e identidad Latinoamericana. La celebración del Día de Muertos de origen Mexicano y difundida por diferentes tribus antiguas por Centroamérica y Sudamérica, la celebración del Día de Todos los Santos y Fieles Difuntos de origen cristiano y Halloween, fiesta basada en creencias Celtas y difundida por los Irlandeses que llegaron a Estados Unidos.
En México, el Día de los Muertos se ha celebrado ininterrumpidamente desde los tiempos de los indígenas de Mesoamérica (Aztecas, Mayas, Purepéchas, etc.) hasta el presente. Se vive como una ocasión de unión familiar para honrar a los seres queridos que ya no están. Se cree que las almas de niños regresan el primer día de noviembre, y las almas de los adultos el segundo día de noviembre.
Este festival de profunda significación es parte de la identidad de México, haciendo de esta una fiesta culturalmente única que ha sobrevivido a la interpretación de dos grandes potencias: España y Estados Unidos. Cuando los conquistadores españoles llegaron a América en el siglo XV intentaron convertir a los nativos americanos al catolicismo y movieron el Día de Muertos que antiguamente caía en el noveno mes del Calendario Solar Mexica (agosto) presidido por la Diosa Mictecacíhuatl (Dama de la Muerte) al mes de noviembre, haciéndola coincidir con la festividad católica de los Fieles Difuntos.
En la tradición cristiana, el Día de los Todos los Santos se celebra el primero de noviembre. Es una fiesta popular cristiana que evoca a quienes han transitado el camino de la fe y de la vida y gozan de la eterna bienaventuranza. Según el Papa Benedicto XVI: “El santo es aquel que está tan fascinado por la belleza de Dios y por su perfecta verdad que éstas lo irán progresivamente transformando. Por esta belleza y verdad está dispuesto a renunciar a todo, también a sí mismo. Le es suficiente el amor de Dios, que experimenta y transmite en el servicio humilde y desinteresado del prójimo”.
El 2 de noviembre es el día de la conmemoración de los fieles difuntos. En este día las personas oran por aquellos que se encuentran en estado de purificación en el Purgatorio. La celebración se basa en la doctrina de que las almas de los fieles -que al tiempo de morir no han sido limpiadas de pecados veniales y no pueden alcanzar la Visión Beatífica-, se les puede ayudar a alcanzarla por rezos y por el sacrificio de la misa.
Halloween o “día de las brujas”, por otra parte, se festeja en la noche del 31 de Octubre y también se la considera una fiesta pagana. De acuerdo con el diccionario Webster la palabra Halloween viene de “All Hallow´s Eve” -“noche de todos los santos”- donde encontramos aquí también cierta intención del cristianismo por convertir el sentido de esta fiesta. La celebración del Halloween se inició con los celtas, antiguos pobladores de Europa Oriental, Occidental y parte de Asia Menor. Entre ellos habitaban los druidas, sacerdotes paganos adoradores de los árboles, especialmente del roble. Ellos creían en la inmortalidad del alma, la cual decían se introducía en otro individuo al abandonar el cuerpo; pero el 31 de octubre volvía a su antiguo hogar a pedir comida a sus moradores, quienes estaban obligados a hacer provisión para ella.
El año céltico concluía en esta fecha que coincide con el otoño, cuya característica principal es la caída de las hojas. Para ellos significaba el fin de la muerte o iniciación de una nueva vida. Esta enseñanza se propagó a través de los años juntamente con la adoración a su dios el «señor de la muerte», o «Samhain», a quien en este mismo día invocaban para consultarle sobre el futuro, salud, prosperidad, muerte, entre otros.
Cuando los pueblos celtas se cristianizaron, no todos renunciaron a las costumbres paganas. Es decir, la conversión no fue completa. La coincidencia cronológica de la fiesta pagana con la fiesta cristiana de Todos los Santos y la de los difuntos, hizo que se mezclara. Pero en vez de recordar los buenos ejemplos de los santos y orar por los antepasados, se llenaban de miedo ante las antiguas supersticiones sobre la muerte y los difuntos.
Algunos inmigrantes irlandeses introdujeron Halloween en los Estados Unidos donde llegó a ser parte del folclor popular. Se le añadieron diversos elementos paganos tomados de los diferentes grupos de inmigrantes hasta llegar a incluir la creencia en brujas, fantasmas, duendes, Drácula y monstruos de toda especie. Desde ahí, se ha propagado por todo el mundo.
Celebración, rituales e íconos
En México, durante el período del 1 al 2 de noviembre las familias normalmente limpian y decoran las tumbas con coloridas coronas de flores de cempasúchil las cuales se cree atraen las almas de los muertos. También se elaboran detallados altares en las casas donde se ponen ofrendas, que pueden ser platos de comida, vasos de agua, mezcal, tequila o atole e incluso juguetes para las almas de los niños. Todo esto se coloca junto a retratos de los difuntos rodeados de velas.
Otra importante forma que toma esta celebración son las famosas litografías (también llamadas “calaveras”, que constan de versos donde la Catrina (la muerte) bromea con personales de la vida real, haciendo alusión sobre alguna característica peculiar de la persona en cuestión y finalizando con frases donde se expone que se lo llevará a la tumba.
En el caso de Halloween, los “personajes” que se suelen asociar a esta celebración son los fantasmas, las brujas, los gatos negros, los banshees y los zombies; así como ciertas figuras literarias como Drácula y Frankenstein. Los colores tradicionales son el negro de la noche y el naranja de las primeras luces del día. También se incluyen elementos otoñales como las calabazas – descubiertas por los irlandeses al llegar como colonos a América, y los espantapájaros.
Finalmente, ya sea Día de Muertos, Día de Todos los Santos y los Fieles Difuntos o Halloween, el tema del paso de la vida a la muerte no ha pasado inadvertido en la historia del hombre. Civilizaciones antiguas como las egipcias y sumerias, por ejemplo, han honrado y brindado ofrendas a sus muertos. También, poco a poco, vemos como las tradiciones, costumbres e íconos se sincretizan partiendo del concepto de que al momento de morir una parte del hombre queda latente en la vida de los presentes.