Es temprano y en el centro mendocino llueve lento pero constante. En una de las mesas del restorán María Antonieta, el reconocidísimo chef Francis Mallmann (60) está sentado junto a su flamante esposa y dueña del lugar, Vanina Chimeno (37), listo para recibirnos. El cocinero, que hace poco protagonizó un documental para Netflix, parece ahora pasar inadvertido entre los que desayunan en las mesas vecinas.
Cuenta que vino a Mendoza a visitar a Vanina y a la hija de ambos, Heloísa (3), ya que las rutinas de los dos, y los constantes viajes de él, los han convertido en una familia viajera que aprendió a extrañarse. Se casaron hace tres meses pero están juntos hace más de 10 años. Vanina trabajó para Francis desde su adolescencia, varios años antes de que surgiera la chispa entre ellos.
–Francis Mallmann (FM): Durante años ni nos miramos. Trabajamos juntos 10 años y nada, muchos después, ocho, diez años después…
–Vanina Chimeno (VCh): Trabajamos 14 años juntos, yo iba y venía. Estuve un tiempo en 1884 (restorán de Mallmann en la Bodega Escorihuela), después empecé a viajar, después volví. Y ahí, nunca nada. Nos «registrábamos» laboralmente, trabajábamos juntos en algunas cosas, pero nada más.
–FM: Muchos años, ¿no?
–VCh: Sí, no me acuerdo ya… Y nos enamoramos en un viaje. En la isla que es donde nos casamos, en la Patagonia. Ahí fue donde empezó… Me invitó a conocer la isla: había que cocinar para unos norteamericanos. Ahí lo conocí a él más allá del jefe, porque hablamos de otras cosas.
–FM: Ahí empezó. Pero fue muy lento nuestro amor, ¿no?, fue muy de paso a paso. Lento, porque fue creciendo de a poco, no fue de esas pasiones en las que las personas de un día para el otro se quieren casar. Fue muy lindo eso porque fue como que empezamos a estar juntos y cada vez compartíamos más cosas.
«Muy de a poquito fue creciendo», dicen juntos de nuevo, y sonríen. Ambos comparten un espíritu sereno y son de pocas palabras, pero firmes. La calma que transmiten no alcanza a esconder a dos personas apasionadas por la cocina y el trabajo, y con gran apetito por los nuevos emprendimientos de cada uno. Y del otro también.
Fue muy lento nuestro amor, muy de paso a paso. Lento, porque fue creciendo de a poco, no fue de esas pasiones en las que las personas de un día para el otro se quieren casar
Hace unos cinco años decidieron que ya era hora de no trabajar juntos y Vanina se estrenó como dueña en María Antonieta. «Ella ya no me aguantaba más», explica en broma Francis, y Vanina se ríe. Ella sólo dice que le daba rabia acatar órdenes de él, y que sobre todo « también tenía ganas de crecer sola, de hacer algo sola».
–FM: Creo que lo lindo fue que cada uno mantuvo mucho su identidad, su vida, su trabajo, sus lugares. Fuimos muy respetuosos de eso los dos.
–¿Dónde pasan tiempo juntos?
–FM: Vani y Helo me acompañan mucho al exterior, una o dos veces por mes. Van conmigo a algún viaje de trabajo, a Estados Unidos, a Europa, adonde yo vaya. Pasamos juntos cuatro o cinco días cada 10 días.
–¿Les pesa la distancia?
–FM: ¡Está buenísimo! (ambos se ríen). Es muy lindo extrañarse. Los dos somos bastante individualistas. Fue lindo que cada uno mantuvo mucho su identidad, su vida, su trabajo, sus lugares. Fuimos muy respetuosos de eso los dos. Cada uno cree mucho en lo que hace, en lo que quiere. Yo la admiro mucho. Admiro mucho su trabajo y cómo es. Me gusta que es muy femenina. Es muy callada, muy silenciosa.
–¿Son parecidos?
–FM: Si, somos muy parecidos. Somos muy solitarios los dos.
–¿Heloísa se parece a sus papás?
–VCh: No, yo creo que es más «petardo», más extrovertida.
–¿A Vanina que la conquistó de Francis?
–VCh: Que es una persona noble, que comparte su sabiduría, que es súper generoso. Lo digo como empleada, como pareja, como pupila. Te ayuda a crecer y eso me parece muy lindo.
–¿Son románticos cuando están juntos?
–FM: Somos muy románticos.
–VC: Tenemos citas. Comemos juntos. Salimos a comer, porque si cocinamos nosotros hacemos arroz blanco con ensalada…
Francis es una persona que comparte su sabiduría, súper generoso. Lo digo como empleada, como pareja, como pupila.
–FM: Viajamos mucho también, eso es muy lindo. Nos encantan los hoteles, comemos en el hotel. Nos gusta mucho la vida de viaje.
–¿No los cansa?
–VC: Para nada. Creo que es de la única forma que podríamos vivir. Por eso creo que llevamos tanto tiempo juntos.
A pesar de todos esos años, podríamos decir que el matrimonio recién empieza, ya que el 23 de abril de este año Francis y Vanina dieron el «sí» en una ceremonia íntima en la isla de Mallmann en la Patagonia, con pocos invitados, nieve, damas de honor con capas y un decorado natural increíble.
«Después de tantos años es lindo que los dos nos elijamos así. Hace mucho que estamos juntos y teníamos ganas los dos de ponerle la firma a todo eso, fue un momento muy lindo» recuerda el chef.
Y Vanina añade: «Nunca pensé que me iba a pegar tan fuerte el tema de casarme. Nunca lo vi importante, no se lo había planteado a Francis… estaba perfecto, pero ahora estoy mejor. Estoy súper contenta».
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