Directamente traducida del inglés, la expresión significa «comida para comer con los dedos». Pero no pienses que la cosa se resuelve con sándwiches y empanadas (aunque no necesitan estar ausentes).
Podés combinar elementos hasta el infinito, sin abandonar las recetas que te salen tan bien: ¡poné imaginación y adaptalas a esta propuesta!
Para tener en cuenta
La presentación es clave, y la creatividad, la herramienta principal. Cada pieza debe ser vistosa y no producir dudas. Si a la vista no es totalmente claro de qué se trata, lo ideal es darles a tus invitados la información. Un modo útil, y decorativo al mismo tiempo, es diseñar pequeños cartelitos festivos.
También debe ser vistosa la forma en que presentás las fuentes; animate a jugar con los colores. Otro detalle importante es que se apuesta a la diversidad de texturas y de sabores, pero hay que tener cuidado con las mezclas excesivas. Para evitar combinaciones poco agraciadas limitate a dos o tres ingredientes por bocado.
Las cantidades
Si no estás acostumbrado a preparar tus comidas con esta onda, la cuestión de las cantidades no es menor. Para que tengas una guía: si el finger food tiene como objeto sólo esperar que se reúnan todos, calculá entre 5 y 7 por persona. Si la idea es reemplazar la entrada, entre 8 y 10 por comensal; y si es una comida completa, entre 15 y 20.
Y ya que estamos, calculemos la bebida. Dado el calor, tenés que pensar más o menos en 350 a 500 cc de vino; un litro de gaseosa, jugo o agua y medio litro de champán por persona.
Y ahora sí: ¡guardá los cubiertos y los platos y dale rienda suelta a tu imaginación!
Salados
Rolls de sushi. Bienvenidas todas las variedades de sushi a la hora de hacer gala de un buen bandejeado. Ideales para la propuesta finger food, los rolls de sushi nacen bajo este concepto. La clave: el punto del arroz.
Al típico peceto del vitel toné cortalo en cubitos, en lugar de en rodajas finitas. Dejá cerca pinchitos o escarbadientes para que cada uno se sirva. Además de la salsa de anchoas tradicional, podés acompañarlo con chutney y con algunas salsas a base de mayonesa.
El clásico piononode atún será más interesante si en lugar de mayonesa usás crema de leche (batila bien antes para que esté firme) y procesás el atún con una buena cantidad de nueces y pimienta negra.
Tarteletas con crema de choclo. La crema de choclo con la que suelen acompañarse las carnes en el plato es perfecta para rellenar tarteletas. Basta con que le agregues un huevo a la crema y les des un golpe de horno para que el relleno cuaje. Decoralas con cebollita de verdeo picada bien finita. Para mantenerlas calientes, una conservadora de telgopor, de esas que usábamos como heladeritas de viaje.
Minipizzas originales pueden hacer la diferencia entre una comida común y una de fiesta. Cuando las saques del horno, colocá sobre el queso hojas de rúcula y aceitunas negras picaditas. Un toque de jamón crudo ya sería «lo más». Para mantenerlas calentitas, el mismo truco que con las tarteletas.
Dulces
La cereza y el queso. Típicos pinchos dulces y salados, la cereza con un buen queso no deben faltar jamás.
Trufas de coco. Para acompañar las de chocolate: mezclá 400 g de coco rallado, 1/2 lata de leche condensada, 2 cucharadas de ron blanco y 150 g chocolate blanco derretido tibio. Dejá enfriar, armá las bolitas y poné en pirotines.
Minitortas cabsha. Rellená tarteletas con dulce de leche repostero y cubrilas con chocolate cobertura. Decoralas con nueces o confites.
Lemon pie individual. Con las mismas tarteletas dulces, usá crema de limón para el relleno y terminá con un copete de merengue.
Merenguitos y crema de café. Uní dos merenguitos con crema de café (crema de leche batida firme, azúcar y café instantáneo). Colocalos en pirotines Chocolate con frutas rojas Colocá sobre madalenas de chocolate un rizo de crema chantilly, y encima una cereza o una frutilla.