Down Town Matías es el lugar perfecto para tomarse una cerveza. El único de Mendoza que concentra la mejor variedad de cervezas artesanales de Cuyo y que se sirven tiradas. La Ancestral, por ejemplo, de San Juan, es una cerveza nitrogenada que no tiene nada que envidiarle a la Guiness. La marca Gualta, elaborada en San Martín, tiene cervezas rubias y rojas. Marcelo Rosental, gerente de Down Town Matías es un sommelier experto en destilados y asegura que todas estas cervezas son las mejores de Cuyo. La Kerze de San Luis tiene variedades Pumpkin Ale e IPA (Indian Pale Ale). Para quienes no sabemos qué es la cerveza de tipo IPA, Marcelo nos aclara que se trata de una cerveza fabricada en Inglaterra para proveer a las tropas británicas asentadas en la India. La marca Pirca, fabricada en Maipú, tiene cervezas rubias y negras y recientemente también han elaborado una IPA. El pub tiene una quinta cerveza para servir tirada que proviene de San Rafael, es la Uelts de Pablo Bianchi que elabora cuatro variedades diferentes Pilsen, Brown, Scotch y Scout. El bar también ofrece la clásica Quilmes tirada.
Otro dato que hace de Down Town Matías (Arístides Villanueva 798, Ciudad) un «inevitable», es su excelente variedad de whiskies importados. Los grandes tomadores de cerveza suelen maridar sus preferidas con un shot de bourbon. El arte de esta notable degustación es encontrar el equilibrio perfecto de sabores entre las maltas y los grandes destilados. Este bar de tipo irlandés exhibe etiquetas de toda la familia Johnny Walker, una joyita como la Swing (botella diseñada para bambolearsa con el vaivén de los barcos), Ballantines, los exquisitos bourbon de Jack Daniels, entre ellos el Gentelman Jack, y la marca Jim Beam.
«Los americanos te piden una pinta de cerveza y un chupito de whisky o te piden un whisky y un vasito de soda para hidratarse», dice Rosental y aclara que en Mendoza todavía no saben maridar maltas con destilados.
Otro dato es que las cervezas artesanales no se toman frías como las industriales. Se tiran a temperaturas de 7 a 10 grados, algo que los mendocinos todavía no comprendemos porque siempre pedimos que estén heladas. Marcelo no se cansa de explicar que los sabores de estas maltas se aprecian mejor a las temperaturas indicadas.