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Estancia Uspallata, el lugar que abre paso al fenómeno de los vinos de altura

Te dejamos una charla íntima con los tres colegas, socios y amigos que vieron una oportunidad en las alturas para hacer vinos únicos e irrepetibles.

Es casi la una del mediodía y está soleado. 30 minutos nos separan de una entrevista que terminó siendo una charla en Bodega Mil Suelos, el proyecto madre de otros tantos que llevan a cabo Alejandro “Colo» Sejanovich, Jeff Mausbach y Jorge Crotta.

Relajados y distendidos, conversamos del pasado, el presente y el futuro de Estancia Uspallata, el lugar digno de conocer no solo por sus vinos de altura y por contar con el viñedo más alto de Mendoza, sino por las tantas anécdotas (y tecnicismos) que hacen de su historia. 

Nos recibió Colo y luego se sumaron los otros socios que se encontraban a punto de realizar una producción pero inmediatamente dirigieron toda su atención a nuestra charla.

La Estancia, un desafío traducido en oportunidades únicas

Estancia Uspallata nació en 2008 de la mano de Ariel Saud, empresario porteño quien años anteriores descubrió el potencial de la fusión del viñedo con el entorno de la montaña y decidió darle vida a este proyecto. Luego, se fueron sumando Sejanovich, Mausbach y Crotta para hacer que los 2.000 metros sobre el nivel del mar en los que están ubicadas estas hectáreas sean el motor de la elaboración de vinos únicos que cuentan su lugar de origen.

“Colo” y Jeff ya se conocían de Catena Zapata, el primero enólogo e ingeniero agrónomo mendocino y el segundo licenciado en relaciones internacionales y sommelier estadounidense pero mendocino de corazón. En 2013 se suma Jorge Crotta, también de nuestras tierras, ocupándose en gran parte del área comercial y administrativa. 

Si bien no parece tan lejano, la realidad es que hace más de 10 años había pocos proyectos pequeños de producción de vino. Hoy, la tendencia es ir más allá: averiguar quiénes, cómo y qué producen. “Cuando arrancamos vimos una oportunidad a futuro y entendimos que se iban a vender lugares”, dicen. ¿Y quién no pensaría por aquella época que a algunos se les ocurriría plantar vid a tantos metros de altura?

Hoy este emprendimiento, que tuvo su primera cosecha en 2015, se lleva los lauros y la valoración correspondiente de tener el viñedo más alto de Mendoza, superando a los de Gualtallary.

Vinos de lugar, vinos de altura

Es necesario ponernos más técnicos y explicar qué significan los vinos de altura, dije. Y las palabras vinieron solas…

Para ponerlos en contexto, en la desembocadura de la Quebrada del Telégrafo, antes de cruzar el puente que nos lleva a la villa cabecera de Uspallata con hermosos viñedos y mejores paisajes se encuentra ubicada la Estancia. Al día de hoy, estos viñedos a 2000 msnm son los que le dieron lugar a esta nota.

“Los viñedos de altura comparten un hilo conductor en sus aromas, aunque cada uno tiene una personalidad distintiva, ya sean de Uspallata, Salta o Jujuy”, introduce “Colo”, haciendo referencia a los lugares donde proyectos propios se desarrollan. Estos viñedos, de volúmenes muy pequeños, son el escenario perfecto para las microvinificaciones, pero ¿qué es la microvinificación? Es un método que da la oportunidad de explorar la complejidad de los viñedos de una manera más profunda y precisa, adaptando técnicas específicas para cada parcela y variación de la tierra.

“Diseñamos estas microvinificaciones según el suelo, buscando tanto mezclar suelos como trabajar con racimos enteros, lo que permite mostrar la expresión del lugar de diversas formas. El resultado son vinos más aromáticos y salinos, sin tanta dulzura, reflejando fielmente el terroir”, explican.

 

Volver a lo tradicional: La viticultura de Estancia Uspallata 

“Partiendo de la base que en Estancia Uspallata hay un suelo coluvial, donde la montaña se fue rompiendo hasta formarlo, podemos hablar de la importancia que es respetar y entender la viña. Allí, optamos por la viticultura tradicional, con una producción que prioriza la poda natural, sin forzarla. Utilizamos riego por goteo para evitar el estrés hídrico y mantener la uva hidratada, asegurando un racimo turgente que expresa el verdadero sabor del lugar, sin excesos de alcohol”, cuenta Sejanovich.

Crear marcas que reflejen lugares

Si algo nos quedó muy en claro en esta charla es que no hay nada más gratificante que un vino te transporte a un lugar, desde su aroma hasta su sabor. ¿Qué vinos?, pregunté. “Elegantes, con longitud, acidez y naturalidad”, me respondieron. 

“Buscamos hacer vinos gastronómicos, para la mesa, con buen equilibrio, usando técnicas que no son extractivas en los tintos y técnicas tradicionales de Europa para los blancos”, dicen.

Actualmente, cuentan con 5 etiquetas, “que más que etiquetas son pinturas que expresan los lugares”, manifiestan. Pinot Noir, Cabernet Franc y Malbec son los varietales que se pueden conseguir por ahora. 

Como ya mencionamos, el lugar en el que está emplazada la Estancia es toda una joya, donde se puede disfrutar de otros servicios como gastronomía y alojamiento. Abel Saud ha construido habitaciones para huéspedes además de un increíble restaurante que solo se maneja con reservas, Fuegos de Altura.

¿Qué prácticas sustentables/sostenibles realizan aquí?

Siempre hemos realizado prácticas sustentables, cuidar la viña es nuestro compromiso con el medioambiente, lo que hoy se está haciendo es comunicarlo. Contamos con el uso tradicional de los agroquímicos son azufre y cobre. Nuestra finca es sustentable y orgánica, pero no necesariamente certificada, aunque así lo deseamos a futuro. De todas maneras, creemos que el desafío más importante y más difícil es reducir el uso del agua. 

¿Qué los sigue entusiasmando en este mundo después de tanta trayectoria y reconocimiento?

Que nos gusta tomar vino, y si bien estamos muy conformes con los nuestros, siempre vemos que se puede ir por más. Viajamos seguido y probamos vinos, aprendemos todo el tiempo porque esto es muy dinámico, los gustos cambian y las tendencias también entonces siempre hay desafíos nuevos.

Claro está que esta revista se nutre de esos desafíos nuevos y distintos, los buscamos y los comunicamos, y qué mejor que hacer bandera por tener dicho proyecto en nuestras tierras.

Agradecemos al trío de amigos y socios por la charla como así también a Ariel Saud por aprovechar un lugar poco común para el rubro (en ese entonces) y transformarlo en una increíble idea que vende vinos e inspiración.

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