Hace muy poco participaron por primera vez de la edición 2014 de Puro Diseño, la feria más importante de Latinoamérica que se lleva a cabo en Buenos Aires y que reúne las últimas tendencias y la creatividad de los diseñadores de todo el país, en distintas disciplinas como indumentaria, objetos deco y mobiliario, carteras, zapatos y accesorios, entre otras.
Y aunque gracias a su creatividad y a su constancia comenzaron a hacerse notar tiempo antes, fue su paso por la feria lo que las terminó de poner en un lugar preponderante del diseño a nivel país y hasta internacionalmente. Y es que los expositores conforman algo así como una selección de los futuros referentes creativos. Los ojos de muchos están puestos en ellos a partir de entonces.
Victoria Addamo y Carla Luprestti mezclaron amistad con negocios. Las jóvenes diseñadoras industriales recibidas en la UNCuyo, ambas de 27 años, se especializaron en el rubro del calzado, crearon Trova hace un año y medio, y hoy sus diseños son todo un suceso. De hecho, el blog Inhabitat.com (con contenidos sobre diseño e innovación sustentable, eco arquitectura, edificios verdes, etc.) con sede en California, Estados Unidos, la seleccionó como una de las 20 mejores propuestas de Puro Diseño.
Felices con lo logrado hasta ahora, soñando a lo grande -como corresponde-, y con la misma simpleza y humildad de siempre, Victoria y Carla nos recibieron en su taller/showroom ubicado en Godoy Cruz para hablar mucho más que de zapatos.
Totalmente conectadas y complementadas, se dividen las tareas en el proceso de creación por una cuestión de practicidad y porque “se fue dando así”, pero la realidad es que ambas tienen aceitadísimo el paso a paso. Al igual que con el paso a paso del diseño, Carla una deja una respuesta inconclusa para buscar algo y mostrárnoslo, e instantánea y naturalmente Victoria continúa la explicación, y viceversa.
El espectro de un diseñador industrial es muy amplio, ¿por qué eligieron el calzado?
Nos conocimos cuando ingresamos en la Facultad de Artes y Diseño y nos hicimos amigas. Si bien tuvimos clases de calzado, estábamos en un nivel re avanzado de la carrera cuando nos enteramos de un curso que iba a dictarse fuera del ámbito universitario. Lo tomamos y ahí nos copamos.
Siempre nos interesó la moda y las tendencias y queríamos especializarnos en algo. Estábamos ansiosas por saber qué íbamos a hacer cuando nos recibiéramos. Y se dio la posibilidad de aprender algo concreto.
Tuvimos un proyecto anterior que se llamó Flama, también de calzado, pero era otra onda, algo desestructurado y lúdico. Fue como un proceso de prueba de todo lo que habíamos aprendido.
¿Cómo surge el nombre Trova?
Aquel primer proyecto nos sirvió para aprender muchas cosas, pero necesitaba ajustes. Queríamos consolidarnos en el mercado, transformar la marca en algo de lo que pudiéramos trabajar y vivir.
De esa búsqueda precisamente nace Trova porque “trova” en italiano significa encontrar. El calzado además es algo muy italiano, nosotras dos tenemos ascendencia, apellidos italianos. También quisimos expresar lo que tiene que ver con el oficio, la importancia del conocimiento artesanal de las técnicas que se transmiten de una manera específica, del maestro al aprendiz. También pensamos en los trovadores, que llevaban la tradición oral cuando no existía todavía la imprenta. ¡Es bastante romántico todo!
Si bien diseñan calzado de hombre y de mujer, se las ve más abocadas a lo masculino…
Se dio así. Empezamos a trabajar las dos líneas por igual, pero por la respuesta de la gente nos terminamos inclinando más para el lado de lo masculino. Parece que se nos da más encontrarles el gusto a los chicos que a las chicas.
También es cierto que existe una mayor oferta de productos para mujeres. A los hombres en cambio, les cuesta conseguir algo canchero, que no sea un zapato, que no sea una zapatilla deportiva, que no se vaya a un precio exuberante. Creemos que ocupamos ese nicho en el mercado. Pero ¡ojo! que hay muchas chicas a las que les gustan los modelos masculinos.
En cuanto a quienes usan nuestros diseños, son hombres de entre 30 y 50 que se preocupan por su imagen.
“Trova es romanticismo, amor por los detalles y el oficio, fusión de garbo y rock”, así se definen.
Somos hijas del mix. Por ahí hay productos en los que se notan algunas características más que otras. Queremos que cada par sea una propuesta cómoda pero a la vez con onda. Creemos que sumando un montón de cosas se logran resultados únicos.
¿Qué materiales usan y cuál es el rango de precios del calzado que diseñan?
Usamos materiales sintéticos y textiles, de tapicería, cueros… Experimentamos con cosas nuevas; tenemos una propuesta en fieltro, otra en arpillera -fue uno de los modelos que más gustó en Puro Diseño-. En el verano intervenimos telas, tiñéndolas, para hacer unas panchitas, por ejemplo.
Pero como en Mendoza no encontramos mucha variedad de materiales que satisfagan nuestras expectativas, cuando viajamos a algún lado estamos con el ojo atento a ver qué aparece, buscando algo que nos inspire. Conseguimos más en Chile o en Buenos Aires.
Los precios de nuestros productos van desde los 350 -botitas de mujer, cortas, de PVC, ideales para días de lluvia- a los 900 pesos –zapatos de hombre, acordonados, de cuero-.
¿Cómo es el proceso de diseño?
Primero se plasma la idea en un boceto, se le hacen los cambios necesarios hasta que queda el definitivo. Luego hacemos la moldería, que se escala en cada número, del 35 al 45. Cuando está listo se pasa a textil, se unen las piezas con cemento y después se cosen. Eso es el aparado: las piezas de moldería unidas. El zapato está listo para ser colocado en la horma. Se fija con tachuelas y empezás a cerrarlo, primero el forro y después la capellada. Lo último que se hace es pegar la suela. Se deja reposar un par de horas, se extrae la horma de adentro del zapato, y queda terminado. Al final les ponemos las plantillas y los detalles de terminación, como las etiquetas.
¿Cómo comercializan sus productos?
En el taller/showroom, y participamos de ferias lo que más se pueda. No los vendemos en locales porque nos interesa que la gente pueda venir y ver cómo es el proceso, sentarse, tocar, tomarse un mate. Que nos conozcan y que sepan que todo se hace artesanalmente, 100% a mano.
Detrás de cada par hay una historia y mucho amor. Y parece que eso se siente, porque se van muy contentos con el producto. La gente te pregunta, se sorprende, lo vive como una experiencia. Y para nosotras es muy lindo.
¿Pensaron en incursionar en el mundo de los tacos, los brillos, la fiesta?
¡Obvio que sí! Somos mujeres y nos encanta todo eso. Incluso queremos hacer zapatos para travestis. Sería un gran desafío para nosotras como diseñadoras.
Luego de varios años de haber participado en espacio compartido, Mendoza contó con stand propio en la más reciente edición -la número 14- de la Feria Puro Diseño, y ustedes estuvieron ahí. ¿Cómo fue esa experiencia?
¡Increíble! Quedamos seleccionadas entre los diez diseñadores que iban a representar a Mendoza. Fue muy lindo sentir que nos eligieron porque estábamos a la altura de lo que se quería mostrar.
Es una vidriera buenísima para mostrarse porque pasa un montón de gente por ahí, no solo quienes van como visitantes, sino los expositores mismos que tienen ganas de armar proyectos. Conocés gente, intercambiás información, hacés contactos, hay periodistas internacionales que van a la feria y luego escriben sobre vos. El interés por lo que hacemos, la respuesta de la gente y el reconocimiento fueron muy satisfactorios.
También nos pasó que al volver a Mendoza nos encontramos con muchísima más actividad que antes. De alguna manera, haber participado de la feria nos posiciona acá.
Usan los zapatos de Trova, me imagino… ¿Qué otros zapatos les gustan?
¡Por supuesto que los usamos! Además de la familia y los amigos, que son nuestros fans.
Victoria: El hermano de Carla tiene un par de cada modelo. Algunos se los regalamos directamente porque nos compra siempre.
Carla: En cuanto a otros zapatos, yo trabajé mucho tiempo en Ricky Sarkany y tenía descuento especial para comprar, así que tengo una cantidad de zapatos de la marca que no te imaginás…
¿Cuántos pares tienen aproximadamente?
Victoria: Unos 15 pares.
Carla: Yo debo tener 60 o más.
¿En qué se inspiran para sus creaciones?
Distintos materiales y texturas nos inspiran. Buscamos permanentemente estéticas nuevas, a través de internet vemos videos de bandas, desfiles de moda, lo que pasa en la calle… Siempre teniendo en cuenta por supuesto hacia dónde queremos ir nosotras, qué es lo que queremos decir, transmitir, aportar.
También hacen calzados a pedido.
Si, la idea es trabajar en conjunto con el cliente para crear un calzado especial. Pero no haríamos cosas que compliquen nuestra identidad, porque nosotras tenemos nuestro sello personal y no nos sirve alejarnos de eso. No queremos que algo que no nos representa tenga nuestro nombre.
¿Tienen algún producto preferido?
Nosotras flasheamos mucho con un borcego abierto para mujer. No hemos visto nada parecido en ningún lado, es recontra cómodo, tiene mil maneras de usarse, en invierno con medias de distintos colores y en verano porque es abierto. Es blandito y súper versátil.
También es especial porque su proceso de diseño fue muy largo. Hicimos pruebas, lo dejamos ahí, después lo retomamos y lo trasformamos. No tuvo tanto éxito en ventas, sí de colegas diseñadores a quienes les copó, ¡pero nosotras lo queremos!
¿Qué es lo más importante para ustedes a la hora de elegir un zapato?
La comodidad. Y que logre darle el toque final a un look.
¿Y si es incómodo?
Con nuestros clientes apuntamos a que no solo cumpla la función estética, sino también que sea cómodo y usable.
Carla: Personalmente yo lo uso me quede incómodo o no. Si me gusta, me lo pongo.
¿A qué diseñadores de zapatos admiran?
Christian Louboutin, Prada. En cuanto a zapatillas nos gusta Supra y Nike.
¿Por qué creen que hay tantas mujeres fanáticas de los zapatos?
Victoria: Me parece que te ponés un par de zapatos y te metés en una historia, sos un determinado personaje. Pasa un poco con la ropa, pero pareciera que el zapato tiene esa magia de la Cenicienta. Te ponés un zapato con onda rockera y sos una rockstar, te ponés las ojotas y sos puro relax y playa. Es loco, pero pareciera que esa conexión con la tierra, esa interfaz que hay entre vos y la tierra es lo que hace que estés en el mundo con una actitud o con otra.
¿Qué proyectos tienen? ¿Con qué sueñan? ¿A dónde quieren llegar con Trova?
El sueño máximo sería llegar a tener un imperio como Armani, con línea para la casa y todo, eso sería el summum. Pensamos en “Trova Casa”, ¿llegaremos? Sería buenísimo.
O sea que van por todo: zapatos, ropa, perfumes, gafas, objetos para la casa… ¡todo!
Si llegás a ese punto, tenés la estructura que te lo permita y esa posibilidad de crear, no hay límites. Pero por ahora, con hacer esto, sentir que a la gente le gusta y le llega, ya somos felices.
