No somos “la” metrópoli del país, pero sí un destino muy solicitado entre viajeros nacionales y extranjeros. Seguramente, es por lo mucho que tenemos para ofrecer. Pero … estamos bien preparados? Laura Yofe, una taylor made-journeys, con gran experiencia en el tema, nos da su opinión.
En una mañana de sol, no muy temprano y en un lugar ideal para realizar una entrevista, nos encontramos con Laura. Nos acompaña un suave té de jazmín y su buena predisposición para respondernos algunas preguntas. A INMENDOZA.com le interesa conocer la visión de esta experimentada planificadora de viajes acerca de qué puede ofrecer hoy Mendoza -como destino no descubierto hace diez años- y cuáles son los secretos que hacen de esta provincia, un lugar tan solicitado por muchos.
Laura se define a sí misma “una emprendedora, una kamikaze que si cree en algo, se juega” y así lo hizo. Allá por el 2004, conoció el mundo del vino trabajando porque trabajó en una importante bodega de la provincia, justo en la época de la devaluación, cuando Argentina empezó a ser muy competitiva en el mercado. Su trabajo era estar en contacto con extranjeros y, en ese marco, vio la necesidad de ofrecer servicios diferenciales para una clientela híper-vip. Así inició por su cuenta un proyecto novedoso y exclusivo.
Se propuso ofrecer un servicio nuevo dirigido a un segmento llamado por nuestra gran conocedora, como el high-end, es decir, personas entre 55 y 75 años con un altísimo poder adquisitivo. “Este tipo de personas busca lo nuevo y lo diferente; prefiere lugares no conocidos. Cuando arranqué en el 2004, Mendoza no estaba aún en el mapa vitivinícola, ni en el mapa en el mundo; nadie sabía qué ofrecía Mendoza” nos cuenta. De esta manera, Mendoza se convirtió en la perlita para este tipo de viajeros, la punta de lanza, la nueva joya a descubrir.
Su labor se hizo conocida por el boca en boca y trabajó muchísimo cuando Mendoza se convirtió en “el lugar por descubrir”. Aunque ahora estos viajeros buscan nuevos destinos, Laura relató que son clientes muy exigentes y que valoran al máximo los detalles. No les importa pagar caro, siempre y cuando todo esté perfecto y cubierto: “yo siempre me ocupé de que la experiencia del viajero superara sus expectativas”, afirma.
Esta visionaria compartió con nosotros también cómo estos exploradores vip disfrutan descubrir lugares vírgenes, poco desarrollados y cómo valoran por ejemplo, comer un asado o una comida súper gourmet en parajes no conocidos. “Qué mejor que hacerlo al pie de la Cordillera de Los Andes o bien en alguna bodega, junto a su dueño. Ahora todo es más factible” dice Laura, haciendo referencia a que la mayoría de estos establecimientos cuentan con restaurantes, salas para degustar sus productos y ofrecen una serie de actividades que antes no existían. Así, nuestra emprendedora contribuyó con su grano de arena ya que su intervención marcó una tendencia que reveló la necesidad de desarrollar nuevas propuestas en la provincia.
Laura destaca que Mendoza no tiene nada que envidiar a otras regiones vitivinícolas del mundo ya que ninguna tiene como marco la Cordillera de los Andes: “Nuestro paisaje impacta y las bodegas que tenemos acá, con su arquitectura, su diversidad y su historia, brindan a nuestros viajeros una experiencia muy enriquecedora”. Para poder disfrutar Mendoza hay que tomarse su tiempo: descubrir las costumbres, hacer largas sobremesas o dormir una siesta es lo que los de afuera terminan disfrutando más.
Ahora los caminos del vino y sus servicios están estandarizados, hay una gran diversidad de bodegas, todas abren al turismo, todas muestran los procesos de producción, los viñedos y la gran mayoría brinda servicio de almuerzo. Sin embargo, “hay una bodega para cada viajero” y no a todos les gusta lo mismo. Lo importante aquí, señala Laura, es que aún hay muchísimo por descubrir y que es el momento de enfocarse en los productos nuevos para la gente que viene, teniendo en cuenta no sólo al extranjero, sino también al turista nacional. «Mendoza no es sólo vino, tiene lindísimas estancias en la cordillera y su paisaje de montaña es muy diferente al de la Patagonia o Salta»
Finalmente Laura invita al mendocino a ser parte, a salir, a familiarizarse con sus paisajes. Que los fines de semana, visite bodegas y propuestas dentro de la provincia.
Hace una década, Mendoza era un tesoro escondido y muchas personas se interesaron por descubrirlo. Seguramente no se decepcionaron, sus cualidades la definieron como única. La provincia impacta con su paisaje, abriga con su buen clima, contagia sus costumbres y convoca por sus vinos. No quedan dudas de que esta visionaria contribuyó a revelar lo entonces oculto: Mendoza es uno de los secretos mejores guardados.