Por Valeria Méndez
Tomás Tonnelier es mendocino y vive en Auckland, Nueva Zelanda, donde fundó El Borracho Wine Shop, la vinería estrella donde se consiguen varietales de todo el mundo, principalmente los de procedencia mendocina.
Catalogado por medios neocelandeses como «El hombre Malbec»,Tonnelier también es propietario de Winetrades, the Argentinean Fine Wine Company, empresa que pone el foco en los vinos de pequeñas bodegas boutique, donde el propietario está involucrado en todos los aspectos de la producción y la comercialización, es decir en el tratamiento de los vinos como empresa familiar.
–¿Por qué se te ocurrió instalarte en Nueva Zelanda?
–En 2000 viví un tiempo en Australia y, cuando regresaba a mi país, el avión hizo escala en Auckland. Entonces me quedé con ganas de volver a esta ciudad. Regresé en 2004, esta vez con mi mujer y luego de largos viajes por distintos continentes nos instalamos definitivamente en Auckland, en 2007.
–¿Saben los neocelandeses lo que significa Borracho?
–La mayoría de la gente no sabe el significado. Si en la municipalidad –entidad gubernamental que otorga los permisos para vender alcohol–, supieran el significado de la palabra, no nos hubiesen dado la licencia.
–¿Qué vinos vendes?
–Tenemos vinos de todo el mundo: Australia, Nueva Zelanda, Francia, España, Italia, Sudáfrica, Alemania, y por supuesto los vinos argentinos. En lo personal siempre tuve curiosidad por probar vinos nuevos y diferentes. Nunca repito el mismo vino y cada semana tomo varietales de por lo menos cuatro países diferentes.
–¿Qué otros productos? Vemos en tus publicaciones de Facebook que venden alfajores de dulce de leche, también te piden yerba mate.
–Vendemos mucha yerba mate a todos los expatriados argentinos, chilenos y uruguayos. Además tenemos alfajores artesanales que produce una chica que vive en Wellington.
–¿Sos como un representante de productos argentinos?
–Tenemos la más grande variedad de vinos argentinos en todo Nueva Zelanda. Nosotros importamos vinos de Séptima, Zuccardi, Bodega Los Cerrillos y Bodega Cinco Sentidos, además les compramos a otros importadores.
Somos el segundo mayor importador de vinos mendocinos a Nueva Zelanda y el primero en cuanto a variedad. Estamos distribuyendo en Auckland, Wellington y Christchurch, trabajando siempre para promocionar las bodegas argentinas acá. Elegimos los vinos cuidadosamente; es un proceso que involucra a mi esposa, a mis clientes, mis amigos y yo. Mis clientes y yo nos centramos más en la parte técnica del vino, mientras mi mujer y mis amigos nos dan la «perspectiva del cliente». Al final del día, no compramos ningún vino que no nos guste o que no fuéramos a beber nosotros. Todos nuestros vinos ofrecen una excelente calidad a precios increíbles.
–¿Están posicionados los vinos mendocinos en Nueva Zelanda, comparados con los vinos chilenos, por ejemplo?
Están mejor posicionados que los de Chile. Hay un mayor conocimiento del Malbec argentino si se compara con el Carmenere chileno. Mucho que ver tenemos nosotros que desde hace seis años hacemos degustaciones en distintos locales de vinos argentinos, todos los fines de semana. Los primeros años el público preguntaba: ¿que es el Malbec? ahora preguntan si es de Mendoza. Está ocurriendo lo mismo con el Torrontés que es el vino que intentamos promocionar. En cambio no se ve este trabajo con vinos chilenos. Influye también la relación que Argentina y New Zealand tienen por el rugby, deporte número uno en este país donde Los Pumas están muy bien considerados. Aquí con el Rugby Championship tenemos presencia argentina todos los años. Además somos bien conocidos por el asado y el Malbec.
–¿Cómo son las degustaciones en El Borracho?
Hacemos degustaciones todas las semanas en locales a los cuales nosotros vendemos vino (supermercados, restaurantes y vinotecas). En El Borracho hacemos degustaciones todos los viernes y sábados, siempre cambiando los varietales y países de origen. Por ejemplo este viernes degustamos un Barbera y un Moscatel australiano y el próximo nos toca un Pinotage y Chenin Blanc de Sudáfrica.
–¿Te gusta vivir en Auckland? ¿Qué cosas buenas tiene ese país y qué cosas extrañás de Mendoza?
–Nos encanta vivir en Auckland porque es una ciudad muy cosmopolita. Tenemos amigos de Europa, Asia, Nueva Zelanda, etc. La variedad de comida típica de cada lado es muy diversa y auténtica y vivimos a tan sólo tres cuadras de la playa. Otra cosa que es increíble es el respeto de la gente por las reglas y por las demás personas. A nivel laboral las cosas se hacen con mucho profesionalismo y sin ningún estrés innecesario. Cuando vivía en Mendoza practicaba deportes de aventura y esa es otra de las cosas que me gustan de Nueva Zelanda, hay abundancia de deportes al aire libre. Vivimos a tres cuadras de la playa y salimos mucho a andar en bici en familia, hacemos paseos en kayak, asados en la playa con amigos, salidas a pescar en el verano. Cuando podemos visitamos Waiheke Island, nuestro lugar favorito, una isla paradisíaca repleta de playas de arena blanca a tan solo 30 minutos en ferry del centro de Auckland. Lo que más extrañamos es la familia y los amigos, el resto se consigue acá.