Para disfrutar de una noche chacrense decido detener mi andar en un delicado y agradable restaurante llamado Las Donosas. En la mesa me acompaña -con un aire donoso- una de sus dueñas, Cristina Ortega. Son tres personas que se abocan para brindarnos una noche deliciosa. Nos ofrecen primero una copa de vino y nos presentan al mozo que nos atenderá toda la velada: John, futuro sommelier.
La carta es variada. Cuenta con entradas típicas argentinas y bien caseras como pasteles fritos de carne cortada al cuchillo, sopa de calabaza asada, provoleta y ensaladas, entre otras. Los platos principales como pastas o carnes son abundantes y también hay para todos los paladares.
Decidimos empezar por las exquisiteces que muestra la carta. Ante mi indecisión le pido a los dueños de casa que me recomienden qué comer. Entonces para la entrada ordené la provoleta asada con tomates, jamón crudo y aros de cebolla, como plato principal un risotto de hongos con textura de remolacha y de postre un flan casero, ¡casero!.
El restaurante se encuentra ubicado dentro de una posada y está rodeado de pequeños viñedos que de noche se pueden apreciar como si fuera de día. La decoración es muy delicada y bien pensada, la mayoría de los elementos que llaman la atención fueron traídos de Asia, es que Cristina vivió muchos años en Hong Kong. Además Las Donosas cuenta con un bar para tomar algunos tragos antes de comer y una cava exclusiva con vinos mendocinos y nacionales. Un concepto simple, con sabores que generan emociones y nos trasladan a momentos inolvidables compartidos en la mesa.
Fotos: gentileza Las Donosas