El día Internacional del Arte se celebra cada 15 de abril. Es una oportunidad para rendir homenaje a uno de los mayores artistas de la humanidad: Leonardo Da Vinci, quien nació en esa fecha. Pero también es la excusa ideal para poner en valor y, por qué no, repensar una actividad que en muchas ocasiones queda relegada.
El arte – y la cultura en general- son aristas de suma importancia en nuestra vida social. En Mendoza las políticas culturales sufren altibajos constantemente. Sin embargo, la creatividad y el ingenio de los artistas y gestores culturales han permitido que sigan floreciendo en tiempos difíciles.
Aprovechamos la ocasión para reflexionar y explorar la situación actual del arte en Mendoza. Para esto, convocamos a uno de los mayores referentes de la provincia, Daniel Rueda, abogado, consultor, marchand y uno de los gestores culturales más importantes del sector.
Para empezar, Daniel señala que las artes visuales están viviendo una recuperación significativa, luego de atravesar dos situaciones críticas como fueron la pandemia y, anteriormente, el cierre de los espacios expositivos emblemáticos de Mendoza durante un tiempo prolongado. «Hoy los espacios estatales han sido recuperados y están en funcionamiento, incluso se han sumado el Museo Carlos Alonso y el Máximo Arias. También el INV, universidades y entes públicos no estatales», explica el especialista.
«A nivel privado se ha continuado trabajando con un concepto de asociación, arte y empresa, siendo otra oportunidad de metros lineales expositivos (ArteH Espacio Hipercerámico, Bodega Zuccardi, Terrazas de Los Andes, Trivento entre otros). Sí, es cierto que nuestra provincia no logra aún despegar con el concepto de galerismo, el que requiere de otra participación del Estado, en forma mancomunada con los verdaderos protagonistas que son los artistas», dice Daniel y continúa: «tengo esperanza de que también el nacimiento de Aire Feria de Arte, organizada por el MMAMM de la Secretaría de Cultura de la Ciudad, contribuya a un mercado que es diferente, que sigue en formación y logremos comprender la importancia de vivir con arte, de su poder transformador en la persona, y por ende, en la sociedad».
Son muchos los artistas que manifiestan que en la provincia son escasos los lugares para exponer ¿Coincidís con esto? De ser así, ¿qué políticas se puedrían implementar para mejorar la situación?
Lo cierto es que Mendoza creció y es una provincia que supera los dos millones de habitantes, también ese número influye en la cantidad de artistas. Siempre han faltado lugares expositivos, sin duda el camino para mejorar en este tiempo es lograr desarrollar en conjunto, como lo hizo Rosario, el galerismo. Dialogar y aunar esfuerzos sería un buen comienzo.
En las últimas semanas por lo menos dos muestras sufrieron censura y violencia por parte de diferentes grupos ¿Qué reflexión hacés sobre esta situación? ¿Te parece que es algo que sucede sólo en Mendoza o va más allá?
En lo personal rechazo todo tipo de violencia, y lamentablemente lo sucedido recientemente será un capítulo más, doloroso, por cierto, de la historia de las artes visuales de Mendoza y la región. Pero coincido con mi expresión anterior, el diálogo y sentarse en forma inmediata con las partes involucradas y las afectadas es el mejor camino. A los problemas se los enfrenta, caso contrario incrementamos lo irracional. Soy partidario del diálogo. Pero ser así no me aleja de recordarme en un pensamiento aristotélico. Soy un ser sociable, caso contrario sería una bestia o un dios. No creo que las partes involucradas en los hechos acontecidos pretendan rotularse en esos dos últimos lugares. Hay que trabajar para mejorar. El diálogo con respeto trae consenso. Por otro lado, la profesionalización del arte también es clave en una construcción de una sociedad justa y equitativa. Gestores, curadores, artistas, también nos llevarían a canalizar las propuestas artísticas dignamente y siempre de un modo superador.
¿Qué está sucediendo a nivel estético en la provincia?
Estoy plenamente convencido de que Mendoza se diferencia de la mayoría de las provincias argentinas y que aún no se aprovecha su visualización. Tenemos identidad, universidad, escuelas de Bellas Artes, museos que en su conjunto han formado una historia enorme, trascendente. La clave está en educar, acompañar, valorizar. Allí debemos poner la mirada. Lo que no se respeta y cuida no se puede contar ccomo una herramienta sana, constructiva. Y lo que más hay que destacar es la importancia que tiene el vivir con arte, porque habla de quiénes somos, de dónde venimos y siempre es un acto de reafirmación personal.
¿Hay talento?
Tenemos talentosos e increibles artistas. Las artes visuales siempre han sido individualistas, aunque nuevos soportes y posibilidades actuales de capacitación entre otras acciones, están logrando dar una oportunidad de trabajo colectivo. Por ende, ello ha permitido un trabajo de equipo que incluso ha posibilitado aunar esfuerzos y asociarse en asambleas, donde han podido hacerse escuchar con una voz más clara y alcanzado logros positivos.
Sí, es cierto que falta mucho. Insisto en la capacitación y profesionalización. La importancia de que un artista desarrolle con claridad su declaración de artista, sepa aplicar para un subsidio, becas, clínicas, acceder a intercambios, entre numerosas oportunidades que a veces están y no son aprovechadas. Es imposible en cualquier disciplina laboral que no requiera de una participación activa de los interesados para acceder a las oportunidades, o lograr acceder a la formación y su búsqueda.
Hay un punto de inflexión y es cuando el artista decide mostrar más abiertamente con el público su producción. Siempre hay que preguntarse cómo deseo presentarme. El modo (no sólo en las obras, el lugar, su iluminación, la documentación, procedencia entre otras) está directamente vinculado a la posibilidad de resultados en las ventas. Si es que hablamos de un interés comercial en el artista. Caso contrario son otros los puntos a analizarse.
Muchos artistas optan por irse a vivir a Buenos Aires u otras ciudades del mundo para desarrollar sus trabajos ¿Crees que en Mendoza se puede vivir del arte?
Irse de Mendoza como una solución profesional no es una respuesta que me pueda permitir dar. Creo que es una vivencia individual, una circunstancia de un yo, de cada uno en particular. En mi caso como interlocutor válido (llámase a galeristas, gestores, todo aquel que media entre el público y el artista) tuve la oportunidad de desarrollar acciones culturales, participar en ferias de arte, visibilizar artistas en ciudades varias de más de diez países. Sin embargo, mi columna vertebral es y ha sido Mendoza. Ello no implica poder acceder a distintos círculos, no sólo de legitimación sino de oportunidades para visibilizar y comercializar artistas.
Hoy se presenta una mirada de grandes capitales, ciudades y regiones, desde lo artístico, editorial, formación. Hay que saber prestar atención a por qué tantas galerías de las capitales participan más de ferias regionales cuando históricamente sólo se desarrollaban en su territorio. Nadie niega el lugar que ocupa una gran ciudad en una profesión de estas características, pero estoy convencido de que se puede desde Mendoza. ¿Qué ambiciones tenemos? ¿Dónde el artista quiere construir su trayectoria y trascendencia? en algunos casos, repito: se trata de un yo y una circunstancia individual.
¿Cómo ves el futuro para el arte en Mendoza de acá a diez años?
Lo veo esperanzador, ambicioso, diferenciador, pero, sin pretender ser irónico, sólo con «coraje». Cuando hablo del mismo se vincula a una política cultural con continuidad y seriedad. El éxito está allí. Se trata de una mesa de varias patas y los artistas no pueden estar solos en ese rol. La presencia sostenida del Estado, del ciudadano, el empresariado, todos en su conjunto la pueden constituir. Una vez sostenida es imposible que no soporte cualquier peso que el futuro pueda traer. Aún quiero sorprenderme.