Donato De Santis radicado en Argentina desde el año 2000, ganó un lugar importante en la mesa de los bon vivant. Antes de llegar a nuestro país trabajó en restaurantes muy importantes de EEUU y Europa. Fue el chef personal de Gianni Versace, durante muchos años, además de cocinar para otros famosos. En Argentina tiene dos restaurantes, ha publicado tres libros y ha sido galardonado con varios premios. Actualmente, también, es uno de los seis consejeros del Gruppo Virtuale Cuochi Italiani, que nuclea a más de 1200 cocineros de todo el mundo y busca divulgar la cocina italiana. En uno de sus restaurantes, ubicado en Buenos Aires, reza «Venga a emocionarse, como lo haría estando en Italia».
En su paso por Mendoza hicimos un ping pong para nuestra sección Sobre Gustos.
Si fueses un ingrediente, ¿cuál serías?
El aceite de oliva porque tiene mucha historia. Es muy dúctil y utilizable en diferentes preparaciones, con variadas cualidades. Tiene una relación con el ser humano muy directa y el único ingrediente es la aceituna. Además es puro, rico y sano.
Si tuvieses que comer con un personaje histórico ¿cuál sería y porqué?
Me encantaría sentarme a comer con Elvis Presley para ver de qué se trataba el tipo de vida que tenía. Soy rocanrolero así que me fascina todo ese modus vivendi que tenía él como rock star.
¿Cuál es tu plato preferido?
El huevo frito.
¿Solo eso?
Hay varios. Los porotos con aceite de oliva. Un buen sandwich. La comida sencilla.
Describí tu cocina en tres adjetivos
Directa, colorida y ancestral.
¿Cuál es el mejor recuerdo gastronómico de tu infancia?
Aparte de la teta de mi mamá, los aromas de la naturaleza. Nosotros vivimos en el campo al sur de Italia, recuerdo todos los aromas de la cosecha del trigo, de las aceitunas, los tomates, las hortalizas; el aroma del establo, todo iba a terminar en algún tipo de preparación, en alguna conserva, una mozzarella, el caciocavallo, un conjunto de aromas del trabajo humano que pasan a ser la base de la alacena. Para mí la alacena de mi mamá tiene todo eso: el vino, el ajo, los vinagres caseros, la cebolla. Todo un conjunto de olores es lo que me llevo de mi infancia.
Un vino que maride a la perfección
Cepajes como el Cabernet Franc o Pinot Noir son muy interesantes ya que ofrecen un poco más de discusión o desafío al paladar para salir de las normas. El Sauvignon Blanc también es muy atractivo.
Foto de portada: Jorge Arcagni