Las cantinas de clubes son mucho más que simples lugares para comer; son espacios cargados de historia, tradición y comunidad. Surgidas originalmente como complemento a actividades deportivas, especialmente al juego de bochas, hoy en día se han convertido en puntos de encuentro donde la comida casera, abundante y accesible se mezcla con un entorno relajado y familiar.
En estos espacios se respira folklore: las partidas de truco, las copas de vermut al atardecer y los platos servidos en bandejas de acero inoxidable que nos transportan a cenas familiares de antaño. Su esencia radica en una mezcla única de simplicidad y autenticidad, características que las convierten en un pilar de la identidad social mendocina.
Entre los favoritos del menú están los clásicos como la milanesa a la napolitana, empanadas fritas, pastas caseras, asados completos y el infaltable locro, siempre acompañados por papas fritas cortadas a cuchillo y ensaladas frescas. Todo servido en vajilla variada, con manteles de hule que añaden un toque nostálgico al ambiente.
Un rasgo distintivo de estas cantinas es que muchas están gestionadas por familias, lo que refuerza ese trato cercano y la sensación de estar comiendo en casa. Además, ofrecen precios accesibles y porciones generosas, atrayendo tanto a socios de los clubes como a personas ajenas en busca de buena comida sin pretensiones.
En Mendoza, las cantinas de clubes son una parada obligatoria para quienes buscan sabores auténticos y momentos compartidos. A continuación, te presentamos una selección de nuestras favoritas:
Nole Cantina
Abierto desde abril de 2023, la cantina del Mendoza Tennis Club se ha convertido en el corazón social del club. Liderada por tres socios, su objetivo principal es reconectar a los miembros con la esencia del lugar: platos caseros a precios accesibles y un ambiente cercano.
El menú incluye minutas, hamburguesas y su plato estrella, el lomo, que varía entre $10.000 y $15.000. Además, organizan after office y eventos para que más gente los conozca. El espacio funciona de martes a domingo, de 11:00 a 00:00, y promete revivir las tardes y noches de club como en los viejos tiempos.
Cantina Talleres
Ubicada en Godoy Cruz, esta cantina del Club Talleres resurgió tras la salida de su anterior restaurante consolidándose como un clásico en el barrio y en la zona. Aunque está pensada principalmente para socios, las puertas están abiertas a familias enteras.
El menú destaca por sus milanesas, pastas y empanadas, junto con opciones como asado y tortilla de papas. Con más de 3.000 socios que visitan el club semanalmente, este espacio se ha transformado en un lugar donde la comida abundante y un ambiente cómodo son esenciales para mantener viva la tradición.
Cantina Entretiempo
Con más de 30 años de historia, la cantina del Club Anzorena es sinónimo de tradición y buena comida sin necesidad de grandes publicidades. Alberto, el alma detrás del lugar, asegura que no le da mucha importancia a las redes sociales y que su mejor marketing es el boca en boca.
El asado es el plato insignia, preparado con dedicación para que cada corte llegue caliente a la mesa. También ofrecen lomos, milanesas y pastas, en un ambiente donde los amigos y familias encuentran un espacio para compartir. El horario es de lunes a sábado, de 8:30 a 01:30, y domingos, de 10:30 a 15:30.
La cantina de IMPSA
Ubicada en Alsina 2351 de Godoy Cruz, esta cantina se ha ganado una sólida reputación entre sus visitantes y sus familias. La carta incluye platos tradicionales como milanesas, pastas caseras y una parrillada variada. Entre las especialidades se encuentran la tabla de entraña, el matambre de cerdo a la pizza, los chorizos a la pomarola y pastas con salsas ahumadas.
El menú, aunque no extenso, es conocido por su sabor y porciones generosas (a menudo suficientes para más de dos personas). Las comidas se sirven acompañadas de papas, camote, ensalada mixta y arroz frío. También se ofrece locro en días patrios y lentejas al disco. La cantina abre de martes a domingo, desde las 19 horas entre semana y al mediodía los domingos.
Cantina La Rambla
En San Juan 1436 de Ciudad se encuentra una de las Cantinas con más años y trayectoria en la provincia. Además de sus comidas, se valora la gran atención, donde muchas veces los dueños y los cocineros se acercan a preguntar qué tal estuvo todo.
Con más de 21 años de historia, esta cantina honra las raíces catalanas en Mendoza. La familia Collado transformó un espacio pequeño en un referente de la gastronomía española, con platos como la paella, fideuá y clásicos postres como la crema catalana.
El ambiente familiar y las recetas transmitidas de generación en generación hacen que cada visita sea un viaje a Barcelona. Además, participan activamente en eventos culturales que fortalecen el vínculo con la comunidad.
Club de Campo Restaurante
Desde 2019, el restaurante Club de Campo lleva la gastronomía a otro nivel. Este emprendimiento liderado por Marisol Álvarez y el chef Mauro Pellegrino, con más de 25 años de experiencia, combina la tradición con un enfoque moderno en un entorno exclusivo.
El menú destaca por su calidad y variedad, desde menús ejecutivos hasta opciones de cuatro pasos para los domingos, pasando por brunchs y platos tradicionales como la milanesa a la napolitana. El equipo apuesta por la capacitación constante y un servicio impecable, mientras mantienen un fuerte compromiso con la comunidad, promoviendo el reciclaje y la sustentabilidad.
Bosco Restaurante
Ubicado en el corazón del Parque General San Martín, Bosco combina la tradición con la innovación del Golf Club. Nacido como un restaurante de alta cocina, la pandemia lo llevó a reinventarse con una propuesta más descontracturada, incluyendo su famoso sunset.
Los ingredientes locales y frescos invaden el menú, ofreciendo platos como el icónico Tagliatelle Cacio e Pepe. Este lugar es mucho más que un restaurante; es un espacio para experiencias únicas que incluyen picnics, brunchs y festivales de vinos.
La Tribu – Cantina YPF
Liderada por los hermanos Javier y Eliana, la cantina del Club Petroleros combina un ambiente familiar con platos contundentes y accesibles. Con 16 años en el rubro gastronómico, lograron darle al club un toque único con sus servicios, cuadros y arte que rinden homenaje a sus raíces.
El plato estrella es el lomo maxi “La Tribu”, de 50 cm, acompañado de mayonesa casera, una opción imperdible que refleja la abundancia y el carácter de este espacio. Además, la cantina se destaca por su compromiso con la comunidad, apoyando eventos y actividades deportivas del club. Abre de lunes a sábado de 9:00 a 00:30.
Restaurante Regatas
Una verdadera joya del Parque General San Martín es el restaurante del Club Mendoza de Regatas. Con muchísimos años de trayectoria y un servicio excepcional, este lugar se ubica como uno de los preferidos de los alrededores. Tiene una vista increíble al lago, súper relajante. Es ideal para desayunar, almorzar o cenar al aire libre en su terraza. La comida es buenísima, pero el plato estrella es el bife de chorizo a la riojana, ¡no te lo podés perder! Además, tienen un buffet frío con fiambres y ensaladas, pastas que te preparan ahí mismo, carnes y pescados.
Lo mejor es que pueden ir tanto socios como no socios, así que no hay excusas. El lugar es hermoso, la onda es familiar y la atención súper amable. Eso sí, si vas un fin de semana, reservá porque suele llenarse. Es un planazo para disfrutar buena comida con un paisaje espectacular.
En cada una de estas cantinas, la comida y la compañía se combinan para ofrecer una experiencia inolvidable. Si estás en busca de tradición, sabores caseros y precios que no rompan el bolsillo, estos lugares son para vos. ¡Buen provecho!
Almagro, la cantina y mercado de Boedo Camp
Platos abundantes que no dejan de lado lo saludable, picadas para compartir y también opciones keto, veggie y sin gluten, es lo que encontrarán los comensales en el menú de este nuevo restó que abre de martes a sábado de 12 a 01 am y los domingos, al mediodía, con propuestas a los fuegos.
Almagro es ideal para cuando terminas tu partido de pádel o fútbol y querés un sándwich; para cuando tenés ganas de comer pastas caseritas como las de tu abuela o para esos momentos en que te agarra sed de una limonada, vermucito, cerveza o un vinito.