En tiempos donde el medioambiente y la economía se vuelven prioridades, la moda circular emerge como una alternativa no solo viable, sino también revolucionaria. Con esta premisa salimos en búsqueda de una charla con personas que se dediquen a esto y a través de Instagram las encontramos a ellas, las pioneras de un lugar de moda y diseño circular que ya es una comunidad en Mendoza.
Cuando hablamos de moda circular, solemos imaginarnos montones de ropa usada o simples ferias americanas. La verdad es que eso forma parte, pero no es la totalidad. “La moda circular es un modelo revolucionario de negocio, porque tiene en cuenta el medioambiente y replantea nuestras relaciones laborales y comerciales”, nos cuenta Giuly y agrega: “A diferencia de lo que muchos creen, no se trata sólo de revender ropa vieja, sino también de crear piezas nuevas, desde cero, con una conciencia profunda sobre su impacto”.
Moda Circular: generar oportunidades
Hoy, la moda circular es una oportunidad y no sólo económica y ambiental, sino social. Lo que llevamos puesto habla mucho de nosotros y si bien estamos inmersos en una sociedad muy cerrada y con muchos prejuicios como lo es la mendocina, el paso del tiempo y la emergencia de lugares como El Ciclo Vintage son vitales.
Esta vez, quisimos ir más allá y no hablar (tanto) de los contras del fast fashion, sino desenmascarar lo que hay detrás de la Moda Circular: procesos, mitos, historias.
Pato, la encargada de la atención al público del local, nos comentó sobre el importantísimo rol que cumple más allá de vender: educar a cada quien que entra al lugar sobre el proceso de producción y el esfuerzo que hay detrás de cada prenda. “La gente en general compra ropa usada porque es más barata, no por ser sustentable”, dice.
Este enfoque educativo es clave, especialmente cuando se trata de romper estereotipos generacionales. “Las personas más jóvenes eligen la moda circular por su impacto ambiental, mientras que las personas más grandes vienen por los precios”, explica Giuly.
Esto responde a dos problemáticas que nos están soplando el oído de cerca: la ambiental y la económica. Y aún mejor es saber que la pilcha es tremenda: es cuidada, es estilosa, es simple, es un reflejo del trabajo y del amor que ambas le aportan a esto.
El desafío de la Moda Circular en Mendoza
Mendoza, como bien sabemos, es un público difícil, cerrado, que generalmente se anima poco a lo distinto. Sin embargo, dentro de los 6 años que llevan con su emprendimiento, cuentan que ha crecido mucho el nivel de consciencia del mendocino.
El cambio, aunque lento, ha sido notable. Si bien en un principio la moda circular generaba rechazo, hoy la sociedad mendocina está más abierta a este concepto. “Una vez, en nuestro primer local en calle San Juan, una mujer entró, preguntó si era ropa usada y cuando le respondí que sí, pegó un grito como si hubiese visto un monstruo. Hoy, eso ya no pasa”, recuerda Giuly.
Además, el hecho de que los precios en las tiendas tradicionales sean tan elevados y los sueldos tan bajos, genera que la moda sustentable sea una respuesta, una oportunidad.
Una historia detrás de cada prenda circular
El proceso de selección y tratamiento de cada prenda en Ciclo Vintage es exhaustivo. De hecho allí reside el gran mito de la moda circular: prendas viejas en desuso que se venden. Como mencionamos anteriormente, la moda circular es todo, pero muchas veces pasa por procesos cuidados para que puedas llevarte una prenda que va a durar en el tiempo, es decir, no es desechable, y además será mucho más económica.
Desde la recolección, la inspección minuciosa y las reparaciones necesarias, hasta su presentación final en el local, cada prenda pasa por un riguroso tratamiento para garantizar su durabilidad y calidad. En orden cronológico, Giuly nos explica que toda la ropa que llega, ya sea de visitas propias o ajenas, es directamente llevada a lavar. Luego, entre la costurera, la plancha, la tintorería, el diseño y mucho más, pasan meses quizá hasta que la misma pueda ser etiquetada y colgada.
Este cuidado se refleja en los precios, que varían según la cantidad de manos por las que pase una prenda. Asimismo, cabe destacar que, como mencionamos anteriormente, la moda sostenible debe ser también socialmente responsable, lo que significa que su cadena de producción vele por las condiciones de los trabajadores, evitando la explotación laboral.
“Si bien son una realidad los desechos y las malas condiciones en las que trabaja la gente del fast fashion, no podemos desviar tanto la mirada cuando acá en Mendoza hay muchísimos lugares donde las condiciones son precarias”, confiesa Giuly. Al mismo tiempo, sostiene que El Ciclo Vintage es un emprendimiento integral, que se preocupa y ocupa del bienestar de todos los humanos que trabajen allí.
“¿Hay algún otro factor que condicione para cuidar tanto esa indumentaria?”, pregunté. “Sí, el vínculo emocional. Cada prenda cuenta con una y miles de historias detrás, la carga energética y emocional que traen esos bolsones consigo es impresionante. Es el respeto lo que nos mueve, la empatía de conectar con lo abstracto de una simple prenda, lo que hace que nuestra atención sea como es.
Un futuro de Moda Circular
A pesar de las dificultades, Giuly y Pato ven un futuro prometedor para la moda circular, no solo en Mendoza, sino a nivel global. Con proyectos como la «Alta Feria», que se lleva a cabo todos los domingos en José Vicente Zapata 218, buscan seguir expandiendo su comunidad y concienciar a más personas sobre los beneficios de este modelo. La Alta Feria es un espacio, de los cientos que hay, donde muchos emprendimientos de moda circular juntan fuerzas y venden sus prendas.
“Nos gusta mucho lo vintage porque antes la ropa se producía para durar. Hoy, en cambio, el fast fashion crea prendas que apenas duran dos meses. Por eso, intervenimos ropa vintage para que se vea más moderna y la gente quiera usarla ”, nos cuentan, a su vez que nos spoilean un poco lo que se puede encontrar allí.
¿Qué esperas vos para convertir tu estilo en algo único, sustentable y sin gastarte una fortuna?
Fotos gentileza: Azul González.