«Mi cable a tierra es una cuerda al cielo» es la máxima que repite este grupo de bailarinas mendocinas que no están tan locas ni tan cuerdas, y que a partir del sábado 6 de agosto se cuelgan de los techos del espacio El Galpón para deleitarnos con un show de danza aérea con arneses pocas veces visto en la provincia.
Gestadas en la Compañía Volarte, de Ángel Urano y Daniela Sat, y bajo la dirección de ésta última junto a Romina Fisela, nació Cuerdas, una obra que fusiona el teatro –la protagonista se desempeña en el piso todo el tiempo– mientras que el resto del elenco, con ambas directoras incluidas, corren por las paredes, descienden desde el cielo y flotan por todo el espacio.
Veremos en escena a María Balanza (acróbata, de Buenos Aires) en el papel principal: una escritora agotada de su rutina que llega a su casa buscando inspiración y desconexión del mundo para escribir y, después de una copa de vino, se deja llevar por los recovecos de su imaginación.
Es entonces cuando entran en escena Fernanda Trombetta, Virginia Geroli, Belén Gasul y las dos directoras (Fisela y Sat). «La inspiración lleva a la protagonista por lugares de su mente y a espacios que se mezclan entre la realidad y la fantasía. Nosotras estamos corriendo por la paredes, volando en el techo, pendiendo del techo, por todas partes» cuenta Romina Fisela.
La obra estrena el sábado 6 de agosto y continúa con más fechas durante agosto y mitad de septiembre. La entrada cuesta $100 más un alimento no perecedero (que se destinará a la Fundación No Más Hambre), y todo el trabajo para llegar hasta aquí fue hecho por las mismas chicas. «Nosotras hacemos la prensa, cortamos las entradas, cosemos el vestuario, todo» comenta Romina.
Además, son ellas mismas las que anudan cada cuerda de la que van a colgar, y supervisan todas las medidas de seguridad, que para este tipo de danza, no son pocas. Explica la directora «Hay una parte técnica muy fuerte de la obra. Tenemos que tener en cuenta la seguridad nuestra también, colgamos a 7 metros de altura. Incluso cuando estamos rozando el piso es peligroso porque agarramos velocidad, si algo pasa caés y de igual modo te podés lastimar».
Y agrega: «Queremos que la gente se divierta, es una obra muy efectista, con argumento, que cuenta algo. Queremos que disfruten al escuchar un texto, al ver las imágenes y los movimientos, casi todo acompañado de música electrónica». Sin duda una opción para no perderse este mes.