El verano es, a mi parecer, la temporada ideal para disfrutar de una buena lectura. Pero, entre tantas opciones, la tarea de elegir un libro se puede convertir en un desafío. Por eso, comparto con ustedes una selección de cuatro novelas cortas que perduran en mi memoria. Son obras que, a lo largo de los años se convirtieron en preferidas inolvidables.
Cada título seleccionado tiene la capacidad de cautivar, intrigar y, sobre todo, brindar una experiencia única de inmersión en mundos imaginarios. Estas joyas literarias son, para mí, faros de reflexión y fuentes de deleite estético, y confío en que, al sumergirse en ellas, encuentren tanto placer como yo en sus páginas.
Buenos días, tristeza
La escritora francesa Françoise Sagan supo retratar en sus novelas a la clase media de su país, inmersa en la amoralidad, el hedonismo y el hastío. Sus obras propusieron un espíritu de culto al placer y al exceso de los casinos y las fiestas, temáticas que se ven reflejadas en su primera novela Buenos días, tristeza, publicada en 1954.
La historia nos presenta a Cécile, una joven malcriada de 17 años y Raymond, su padre, un viudo rico de cuarenta años. Viven felices, despreocupados, entregados a la vida fácil y al placer. Ambos deciden pasar sus vacaciones de verano en un chalé en la Riviera francesa. Cécile ve con disgusto la relación entre su padre y Anne, una mujer seria, disciplinada y culta, amiga de su difunta madre. El miedo a perder el cariño de su padre y los celos que le inspira Anne la llevarán a hacer todo lo posible por separarlos.
La novela de Sagan tuvo un gran éxito editorial, aunque también despertó controversia a causa de la retorcida temática que aborda y de la corta edad de la escritora, quien tenía sólo 18 años. Con el paso de las décadas se convirtió en un libro de culto. En 1958 el director Otto Preminger llevó la historia al cine, protagonizada por la icónica Jean Seberg, una película que ha quedado un poco olvidada, pero no defrauda en lo absoluto y es ideal para acompañar la lectura.
La hija oscura
Leda, una profesora de literatura inglesa y madre divorciada, centrada en sus hijas y su trabajo, se encuentra ante un cambio inesperado cuando estas se mudan a vivir con su padre. En lugar de sentir nostalgia y soledad, Leda experimenta una liberación repentina y decide tomarse unas vacaciones en un tranquilo pueblo costero. Sin embargo, la aparente calma de esos días se ve interrumpida cuando la vemos, una mujer madura, corriendo por la playa con una muñeca en brazos.
Progresivamente, cada página de este relato se transforma en un vívido cuadro de una madre obstinada y solitaria, acosada por preguntas que la impulsan a poner en riesgo todo. Un retrato sobre el lado más oscuro de la maternidad.
Esta excelente novela de la misteriosa escritora italiana Elena Ferrante, publicada en 2006, también cuenta con su adaptación al cine. En 2021, la directora Maggie Gyllenhaal estrenó la -también brillante- película homónima, protagonizada por Olivia Colman. Se puede ver en Netflix.
After Dark
Casi a medianoche, Mari se encuentra sola en la mesa de un bar-restaurante disfrutando de un café mientras lee. Su tranquilidad se ve interrumpida por Takahashi, un joven músico al que solo ha visto una vez en una cita de su hermana Eri, quien es modelo profesional. Mientras tanto, Eri descansa en su habitación, inmersa en un sueño «demasiado perfecto, demasiado puro». Al perder el último tren a casa, Mari planea pasar la noche leyendo en el restaurante, mientras Takahashi se va a ensayar con su banda, prometiendo regresar antes del amanecer.
La noche da un giro cuando Kaoru, la responsable de un «hotel por horas», solicita la ayuda de Mari con una prostituta china que ha sido agredida por un cliente. A medida que el reloj marca las doce, en la habitación donde Eri se sume en un sueño sereno, el televisor cobra vida y una imagen inquietante comienza a manifestarse en la pantalla, a pesar de que el televisor no está enchufado.
After Dark, del multipremiado escritor japonés, Haruki Murakami, se desarrolla a partir de estos sucesos particulares. Se trata de una novela corta, donde cada capítulo empieza con un reloj que indica el momento exacto de la noche en que sucede cada acción, sucediendo todo en la misma noche.
Cargada de lenguaje cinematográfico y el estilo inconfundible de Murakami, este relato nos sumergirá en un sueño febril por la ciudad de Tokio del que no podremos escapar.
Distancia de rescate
En su primera nouvelle, la argentina Samanta Schweblin nos presenta a Amanda, quien decide pasar unas vacaciones en el campo junto a Nina, su pequeña hija. Allí conoce a Carla, una mujer cautivadora, y a su hijo David. Nina, constantemente preocupada por el bienestar de su hija, calcula la distancia necesaria para protegerla en caso de que algo le suceda. Pronto descubrirá que las cosas que la rodean no son lo que parecen.
Schweblin nos transporta en una carrera vertiginosa; un diálogo alucinado repleto de preguntas y respuestas inagotable y repetitivo que presagia un trágico desenlace. Con tintes de thriller y terror, la escritora crea una distopía ecológica cargada de elementos sobrenaturales.
Luego de su publicación, Distancia de rescate fue aclamada por la crítica y en el año 2015 obtuvo el Premio Tigre Juan. En 2018, ganó el Premio Tournament of Books como «mejor libro del año publicado en los Estados Unidos», y el Premio Shirley Jackson en la categoría de novela corta. En 2019, El País la ubicó en el puesto 46 en su lista de los 100 mejores libros del siglo XXI.
En 2021, la directora peruana Claudia Llosa dirigió una adaptación cinematográfica protagonizada por Dolores Fonzi y María Valverde. La película contó con la colaboración de Schweblin en el guion. Se encuentra disponible para ver en Netflix.
