El paisaje urbano no es el mismo. O es que nosotros descubrimos nuevos rincones a medida que nos abren nuevas vías. El trayecto en bicicleta desde Chacras de Coria hasta la Avenida de Circunvalación que marca el límite entre Ciudad y Godoy Cruz, es un paseo lleno de novedosos puntos urbanos, totalmente nuevos, que cambian el paisaje y nos sorprenden gratamente.
La ciclovía empieza bordeando el Río Seco Tejo, en Chacras, partiendo desde la calle Malvinas. Unos pocos metros por la abandonada Chacras de Coria y tomamos la bici-senda de Godoy Cruz, apenas cruzamos la calle Ugarte. Frente a Palmares, resistentes paredones de adobe que fueron el patio trasero de las vías, se mezclan con nuevos negocios que abren cada día. A toda hora hay gente caminando o andando en bicicleta.
En el Parque Benegas, el verde de jardines cuidados y la rehabilitada estación de ferrocarril donde pronto se inaugurará un Museo Ferroviario, es la primera postal que desde la bici cobra otro color. Por ejemplo, si nos desviamos un poquito para rodear la sede de la Estación Gobernador Benegas, nos encontramos con una cancha de bochas donde practican sus tiros señoras mayores. Ellas son ex campeonas que viven en los alrededores y todas las tardes afilan su puntería.
A la vuelta de la cancha, una antigua rueda de ferrocarril herrumbrada ambienta naturalmente el predio cada vez más concurrido. Recuerdo cuando todo eso era un andurrial de tierra y abandono…
Seguimos el trayecto hacia la Ciudad, con precaución para no colisionar con peatones, corredores u otros ciclistas. Es que el circuito tiene sus horas pico –en el crepúsculo del verano, por ejemplo–, y las bicicletas pueden resultar peligrosas si no se tiene cuidado. Pasan también madres y padres con niños en coches. Subimos el zigzagueante puente amarillo que cruza la rotonda de la Panamericana y entramos a San Martín Sur, después de pasar la singular casa que define un pequeño ángulo en punta para separar la bici-senda de la calle, el paisaje urbano cambia considerablemente. Digamos que nuestro viaje sigue por las viejas vías del tren y comienzan los murales godoicruceños que le dan aire metropolitano al trayecto. Después de pasar la calle Hualpa, un nuevo espacio verde se abre imponente. El predio del parque San Vicente donde florecen algunos jacarandás. En la esquina, el restaurante italiano Gasparetto, bajo la nueva sede de la UCA, cambia radicalmente el paisaje urbano. Enfrente, los Alfajores de la Pampa Seca tocan un tema sobre la muralla y los ciclistas pasan con sus auriculares al palo.
Decididamente este es el rincón más llamativo, con mayores posibilidades de crecer como nuevo polo universitario. Además de la Universidad Católica, a pocas cuadras se encuentra la Champagnat.
La pedaleada rápida y eficiente sigue. En los cruces de calle los autos frenen dando paso a la ciclovía. Recordamos que de Chacras al centro, la pendiente nos favorece y no nos demandará más de 30 minutos llegar a la calle Moreno o Avenida de Circunvalación. Antes pasamos por otro parque, el Raúl Alfonsín, cruzando la calle Carola Lorenzini. Un bosquecito de álamos y algunas pérgolas nuevas contrastan con cuatro enormes murales, que son el back de galpones industriales. Ya estamos en el barrio Bancario. Falta muy poco, la senda continúa bordeando jardines verdes y ahora corremos al lado del metro-tranvía, pintoresco medio de transporte que también le cambió la cara a la ciudad.
Nuestro punto de llegada es Moreno y Belgrano. Los edificios nuevos sobre el zanjón Frías ya tienen numerosas bares y negocios que reemplazaron un terreno baldío de lo que se conoce como la puntita del Tapón de Sevilla. Aquí la única opción para seguir en bici es pedalear hacia el parque, en subida, o animarnos a bajar a la calle y seguir hacia el centro. Optamos por tomar una gaseosa en esta esquina y como la vuelta a Chacras será una larga cuesta, esperaremos el metro-tranvía para bajarnos en Godoy Cruz, así achicaremos la brecha para pedalear lo que quede antes de que anochezca.
Fotos: Valeria Mendez.