La palabra «cantina» nos lleva a imaginar un grupito de veteranos alrededor de una mesa, jugando al truco y tomando un vinito con soda. Estos espacios, que antes eran frecuentados por unos pocos habitués, ya se han modernizado y son una opción muy elegida por gente de todas las edades para ir a comer: platos abundantes, caseros y a precios bajos son la fórmula del éxito.
La Cantina de Club Andes Talleres funciona en sus instalaciones (Castellani y Belgrano, de Godoy Cruz) hace más de medio siglo, pero hace unos dos años está en manos de tres socios y amigos que han sido los principales impulsores de esta popularización: Sergio, Cristian y Horacio.
«La idea era mantener el concepto de lo que era una cantina, un lugar donde se come rico, casero, abundante y a un precio accesible», cuenta Horacio Clérici, uno de los socios. Los platos cuestan desde $80 y se pueden compartir. El más caro cuesta $115, es un vacío al horno con guarnición.
«Hemos tenido cuidado en la selección de los productos, eligiendo todo lo más casero posible. Tenemos unos 20 o 25 platos, todos hechos acá por la cocinera. El pan también es tipo casero, y tenemos, por ejemplo el sifón de soda de litro y medio», dice Horacio. «El vino, excepto dos marcas, vienen todos de bodeguitas chicas, artesanales, y tenemos vinos orgánicos también».
Cambio de look
En el último encuentro de muralismo que se realizó en Godoy Cruz, la comuna seleccionó el frente de La Cantina para que los artistas usaran de lienzo. «El intendente y el director de Cultura, Diego Gareca, nos eligieron. Somos la única cantina pintada así», cuentan.
El arte del frente de La Cantina estuvo a cargo de Freddy Filete Fernández, un artista porteño que participó del encuentro.
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