Hayas o no leído algo de su autoría, no deberías dejar de pasar por la casa donde el gran escritor vivió si visitás la ciudad de Dublín. Además de recorrer, claro, el Trinity College, la universidad más antigua y prestigiosa de Irlanda -fundada en 1592 por la Reina Isabel I-, donde Wilde estudió a los clásicos ingleses.
Como cada lugar que dio a un artista brillante, los irlandeses se enorgullecen de Oscar y le dedican una esquina de culto, ubicada justo frente a su casa, en uno de los vértices de la plaza Merrion. Allí, una peculiar escultura recostada en una gran roca, transmite ese espíritu bohemio y rebelde por el que era conocido. Su nombre oficial es una especie de juego de palabras: “The Quare in the Square in Merrion Square Park”.
Frente a la escultura, podemos ver dos columnas con frases célebres del autor escritas “a mano alzada”. Atención porque para fotografiarnos en este rincón tan famoso tal vez tengamos que hacer cola…
Wilde, tan relajado, tan alegre, tan informal. Sí, no me lo imagino en una estatua de pie, tieso y formal. Eso no iba con él. El autor de “El retrato de Dorian Grey” dirige la mirada hacia la casa que lo vio nacer y donde vivió, en el número 1, de la calle Merrion Square.
Se trata de una residencia de arquitectura georgiana -estilo llamado así por los cuatro monarcas llamados George que reinaron en Inglaterra desde 1714 hasta 1830- donde Wilde vivió desde 1855 a 1878 con su adorable y excéntrica madre y su padre, que era un cirujano brillante e innovador.
En 1994 la casa fue adquirida por la American College Dublin. Los ambientes se restauraron para que lucieran como en la época de Oscar. La fachada se encuentra en impecables condiciones, gracias a los trabajos de restauración y mantenimiento. Algunos espacios hasta pueden alquilarse para reuniones de negocios o reuniones privadas, exhibiciones de arte y otras actividades culturales.
La casa de Oscar Wilde abre durante todo el año y puede visitarse en tours guiados, con reserva previa. El precio de la entrada es de 8 euros.
Una vida “de novela”
Oscar Fingal O’Flahertie Wills Wilde nació en Dublín el 16 de octubre de 1854 y murió en París, el 30 de noviembre de 1900. Fue escritor, poeta y dramaturgo.
Wilde se casó en 1884 con Constance Lloyd, hija de un consejero de la reina. Tuvieron dos hijos: Cyril y Vyvyan.
En el apogeo de su fama y éxito, el poeta sin duda escandalizó a la clase media británica del momento. Oscar Wilde era amigo de lord Alfred Douglas, y el padre de éste sospechaba que ambos tenían un “affair”. Por ello, decidió enviarle una carta a Wilde: “For Oscar Wilde posing as a sodomite”, es decir: “Para Oscar Wilde, quien presume de sodomita”. Ese era solo el comienzo…
Wilde, animado por su amante, lo denunció a su vez por calumnias y difamación. Después de una serie de juicios, el escritor fue declarado culpable de sodomía e indecencia grave y encarcelado por dos años, obligado a realizar trabajos forzados.
Esta sentencia tuvo mucha repercusión y propició un recrudecimiento de la intolerancia sexual no sólo en Gran Bretaña, sino también en Europa: muchos artistas homosexuales sufrieron represalias y algunos debieron emigrar fuera de su país.
Constance y Oscar se separaron a consecuencia del alboroto. Tras su encarcelamiento, Constance cambió su apellido y el de sus hijos a Holland para desvincularse del escándalo, aunque nunca se divorció de Oscar, quien también fue obligado a renunciar a la patria potestad de sus hijos.
Conocido por su ingenio mordaz, su vestir extravagante y su brillante conversación, Wilde se convirtió en una de las mayores personalidades de su tiempo. Hoy en día es recordado por sus epigramas, sus obras de teatro y la tragedia de su encarcelamiento, seguida de su temprana muerte -tenía 46 años-.
Turismo de fanáticos
Los fans de U2 de todo el mundo viajan a Dublín -ciudad natal de la banda- para ver las decenas de lugares de interés conectados con el grupo. Como los estudios Hanover Quay, donde han grabado sus últimos álbumes o The Clarence Hotel, propiedad de la banda, en cuya azotea se rodó por ejemplo Beautiful Day, en el año 2000.
Pero si hablamos de celebridades irlandesas que ya no están entre nosotros, quizá el podio sea del inigualable Oscar Wilde.
A unos 15 minutos del Trinity College -caminando- encontrarás la casa que vio nacer a este autor inolvidable, y justo enfrente verás la muy agradable Plaza Merrion, por donde se puede pasear y alejarse un poco del bullicio de la ciudad, hacer picnic o simplemente descansar en un banco o sobre el césped.
Y si no leíste nada del autor de “La importancia de llamarse Ernesto”, quizá la visita a su ciudad natal y a los sitios que le rinden homenaje, sea el puntapié…
Frases:
-A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante.
-Las mujeres han sido hechas para ser amadas, no para ser comprendidas.
-Escribí cuando no conocía la vida. Ahora que entiendo su significado, ya no tengo que escribir. La vida no puede escribirse; sólo puede vivirse.
-La única ventaja de jugar con fuego es que aprende uno a no quemarse.
-Amarse a sí mismo es el comienzo de una aventura que dura toda la vida.
-La experiencia no tiene valor ético alguno, es simplemente el nombre que damos a nuestros errores.