El tan esperado We Color Festival pasó por Mendoza y dejó como saldo un sábado inolvidable para los miles de mendocinos y turistas que llegaron a Feriagro a dejarse challar con colores y bailar al ritmo de la música electrónica. El tiempo estuvo increíble y el predio se prestó para que la fiesta explotara. Desde la organización ya adelantaron que habrá un We Color Festival 2016.
[highlight color=#df0074] Delirio colectivo [/highlight] Casi 5 mil mendocinos llegaron a Feriagro y no pararon de saltar durante las casi 7 horas de fiesta, poniéndole mucha onda a la temática y tiñéndose de a poco cada vez más de fucsia, anaranjado, celeste y verde.
[highlight color=#df0074]Consumo obligado[/highlight] Si bien los precios eran altos ($20 un agua chica, $40 un vaso de cerveza y $80 uno de fernet, sin contar los $250 de las entradas y los $20 de cada sobre de color, más la comida, etcétera), lo que indignó a algunos fue la consumición mínima obligatoria de $100. Los que solo querían comprar un agua tenían que formar cooperativas espontáneas.
[highlight color=#df0074]Pelusas invitadas[/highlight] Las pelusas que se desprenden de los árboles fueron las protagonistas de la fiesta durante la tarde. Millones de nubecitas blancas flotaban por los aires del Feriagro y se confundían con los colores, provocando estornudos y picazón.
[highlight color=#df0074]Explotó el verano[/highlight] El hermoso día de sol que hubo el sábado se prestó para que las teens mendocinas se lookearan con todo para el festival. Vimos mucho ombligo, shorts diminutos y vinchas de flores. La fiesta invitaba a vestirse de blanco, así que fue el color predominante entre los asistentes.
[highlight color=#df0074]Limpieza sí o no[/highlight] Desde temprano un grupo de personas armados con bolsas de residuos recorrían la fiesta juntando papeles y vasos que se desparramaban por ahí. Sin embargo, ni un tacho de basura encontramos en todo el predio de Feriagro, lo que provocó que muy rápidamente el pasto se volviera un colchón de vasos, botellas y sobres de color.
[highlight color=#df0074]Público internacional[/highlight] Entre los presentes había muchos extranjeros, conversaciones en inglés, alemán, portugués y otros idiomas se podían escuchar por todos los rincones. El festival atrajo tanto a mendocinos como a visitantes de otros países.
[highlight color=#df0074]Organización impecable[/highlight] Muy positivo fue que no hubiera que hacer colas eternas para nada. La venta de los «token»(tiquets equivalentes a dinero) y las barras funcionaron eficaz y rápidamente.
[highlight color=#df0074]Una y una[/highlight] Una gran cantidad de baños químicos instalados en el predio permitió que ir al baño no fuera una odisea ya que siempre había alguno libre. Por el otro lado, en todo el predio no había acceso a agua corriente para lavarse las manos o simplemente refrescarse.
[highlight color=#df0074]El show de las selfies[/highlight] Nadie se quedó con las ganas de mostrar la fiesta según su propia óptica: celulares, GoPros y mucho selfie stick. Algunos parecían más preocupados por posar para la foto que por disfrutar de la música.
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