Barrios, calles, casas, puertas, ventanas; todas formas y líneas estandarizadas que terminan apareciendo en un plano con metros cuadrados dibujados. Esto hasta hoy porque el arquitecto Agustín Barraza y el artista Tachuela Delía decidieron hacer borrón y cuenta nueva a la hora de crear viviendas.
Ellos son los co-creadores de un proyecto que nació con la necesidad de volver a fusionar arte y arquitectura, mundos que se desvincularon, tal vez, por un mero funcionalismo, por la eficiencia, la practicidad y la economía a la hora del diseño y la construcción de un hogar.
Y con la inquietud de hacer arquitectura en su máxima expresión, es que los dos, enamorados de las líneas rectas y de la pureza, unieron sus oficios para construir casas de autoría con espacios que generen sensaciones.
Tachuela y Agustín realizan el proceso creativo juntos y cruzan las fronteras de sus conocimientos profesionales para así alimentarse interdisciplinariamente y esbozar un modelo para que «la gente viva en arte». El escultor escribe la casa en un cuaderno porque nunca le gustó dibujar. De hecho, no la describe concretamente sino que va dejando registros de «cuestiones relacionadas a situaciones» y queda a la espera de que aparezca la forma.
Luego leen esos textos, el arquitecto dibuja lo que interpretan y así logran los espacios poéticos y la atmósfera que quieren brindarle al habitante que vivirá en la casa y que la completará. «La casa sola encontrará a su dueño, será una persona apasionada, sensible, interesada en este mundo artístico. La completará porque sino, sola, es un objeto inerte».
«El desafío es pensar que adentro de la casa deben suceder situaciones habituales, como ir de la cocina al baño, algo que la escultura nunca piensa. Que sea una estructura habitable que priorice la calidad de vida pero también el respeto ambiental de nuestro ecosistema».
¿Cómo imaginan visualmente esa casa de autor?
Tachuela: Estamos pensando en mi escultura minimalista, geométrica, de patrones simples y monótonos en piedras, en mi lenguaje. Y es ahí que notamos la necesidad de que la escultura conviva con lo práctico de una casa como una canilla o el mueble de cocina.
Agustín: Los espacios tendrán líneas naturales que servirán de límite para espacios difusos, será la iluminación natural y la oscuridad lo que brinde el carácter al lugar. Son espacios aparentes, delimitados por las líneas del sol y que no siempre serán paredes. Una casa que la creamos de adentro hacia fuera para así basarnos en las sensaciones que va a experimentar quien la habite.
Durante la charla, tanto el escultor como el arquitecto resaltan que el cuerpo de la arquitectura, la relación de los materiales, el sonido, la temperatura del espacio y sus relaciones con el mundo exterior serán minuciosamente estudiados a la hora del diseño para armar un proyecto único e irrepetible.
«Tenemos el convencimiento de que el arte, en cualquier expresión, genera cuestionamientos, despierta emociones, invita a la reflexión, nos conecta con lo esencial y nos hace crecer; y a cada paso que damos nos recuerda que estamos vivos. Por eso tomamos muy seriamente nuestra disposición de crear ‘arte habitable’ y perpetuo. Entendemos que influirá en la vida de quien habite estas casas, y estamos seguros de que será para enaltecerla y honrarla».
*El proyecto «Casas de autor» es una idea pensada por ZAZ Architects y SQ Desarrollos Inmobiliarios y la primera unidad será construida en el Barrio Distrito Larrea de Chacras de Coria.
Casas exclusivas en medio de viñedos
Otro artista plástico enamorado del mundo de la construcción es Sergio Roggerone, quien diseñó Chozos Wine Houses. Se trata de una comunidad exclusiva de 15 casas de lujo destinada a los amantes del vino.
El estilo elegido está inspirado por las raíces de la arquitectura mendocina; sus techos abovedados y la utilización de materiales nobles, hechos a mano por artistas locales, combinarán armoniosamente con el paisaje infinito de viñedos al pie de los Andes.
*Es un proyecto desarrollado por el Grupo Armentano y tendrá lugar en los exclusivos viñedos de Dragonback Estate en Alto Agrelo, Mendoza.