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Arte entre viñedos: murales que embellecen bodegas mendocinas

Desde gigantescas piezas con colores vibrantes hasta creaciones orgánicas, explorá este tipo de obras en Mendoza que rinden tributo a su historia, tierra y pasión por el vino.

El arte y el vino tienen algo en común: ambos despiertan nuestros sentidos y evocan emociones profundas. Ahora imaginá el espectáculo sensorial que se produce cuando ambos se encuentran…

Las bodegas comprenden el escenario perfecto para el entrecruzamiento de estos dos mundos, ya sea en su arquitectura, paisajes, diseño de interiores e incluso en las etiquetas de sus vinos. Pero deciden ir más allá, transformando sus espacios en auténticos lienzos.  Estamos hablando de la incorporación de murales que trascienden lo visual para expandir el espíritu, la creatividad y la historia del lugar.

En esta nota, te invitamos a explorar esta clase de piezas artísticas que capturan la esencia de cinco bodegas mendocinas. Cada obra, con su estilo y mensaje únicos, transforma los espacios en narrativas visuales que conectan el arte, el vino y el entorno, elevando la experiencia de quienes las visitan. 

“Voces de la Tierra” por Victoria Ferreyra en Bodega Foster Lorca

¿Te imaginás un mural que se expanda por todo el frente de una estructura? Esa visión se hace realidad en Foster Lorca con “Voces de la Tierra”, una imponente obra creada por la artista Victoria “Vika” Ferreyra. Esta pieza monumental, la cual fue reconocida por la Legistatura de Mendoza, recibe y asombra a sus visitantes con su magnitud y belleza. 

La inspiración detrás de este proyecto artístico se relaciona con las capas de la tierra y el entorno natural de los paisajes de Perdriel, donde se ubica la bodega. Es por eso que los colores que lo componen son marrones, beige, hueso y verde, mismos tonos que se ven en sus viñedos, suelos y piedras. De esta instalación no solo se puede destacar la belleza y tamaño, sino también su respeto por el medio ambiente, ya que tiene en cuenta la colorimetría del entorno para complementarlo y reducir así los daños visuales. 

“La Dama Contigo” de REC en Solocontigo Wines

Solocontigo Wines es de esos espacios en donde todo cobra sentido cuando entendés la historia del lugar. Esta Casa Bodega de Tunuyán, surgió a partir del amor a primera vista de Terry y Noel Neelands hacia Mendoza. Siendo coleccionistas de arte, decidieron volcar esta pasión en cada sitio de Solo Contigo: en su arquitectura, en la música que ambienta cada sala y hasta en las etiquetas de sus vinos. El jardín no fue la excepción ya que allí descansa “La Dama Contigo”, creada por el artista tunuyanino Renzo Correa, alias REC.

Esta pieza de estilo pop art fue terminada en vivo durante el festival primaveral organizado por la bodega, el Solo Wine Fest 2023. ¿El resultado? Un rostro femenino, característico de los trabajos de REC, compuesto por una paleta de colores vibrantes, inspirada en las etiquetas de Solo Contigo. Si bien la obra brilla por sí misma, su impacto se eleva al tener de fondo a la imponente Cordillera de los Andes.

Mural de MAAL Wines por Matías Fraga y Miguel Quiroga  

A veces, menos es más. Esta creación realizada en conjunto por Matías Fraga y Miguel Quiroga, apuesta por la simplicidad para transmitir un mensaje potente. Con un diseño que, personalmente, me recuerda un mapa conceptual, la obra expone los pilares del lugar: el arte, la ciencia y la naturaleza. En el centro, la vid simboliza el alma de MAAL, rodeada de elementos que representan las conexiones únicas de estas tres dimensiones: las montañas para el arte y la naturaleza; una tijera de podar para la ciencia y la naturaleza; y máscaras de teatro para la ciencia y el arte. 

Cada trazo decora la nave central al mismo tiempo que compone un manifiesto visual de una bodega que respira creatividad en cada esquina. MAAL Wines, con su arquitectura hecha de materiales reciclados como contenedores y caños de tubbing, lleva su estética y sostenibilidad al siguiente nivel. Aquí, cada detalle, desde la textura de las paredes hasta la simbología del arte, invita a los visitantes a formar parte de un mundo donde el vino no se limita a beberse: invita a vivirse. 

“Amanecer en Tempus Alba” por Isaac Moraes en Bodega Tempus Alba

Este mural es un claro ejemplo de confiar en el proceso y más cuando se hace algo que procede del corazón. Esta composición, realizada por el artista brasileño Isaac Moraes, encuentra su fuente de inspiración en el proceso de vinificación, desde la cosecha hasta el brindis final.

La creación fue un proceso místico: Moraes, quien escuchaba música clásica al mismo tiempo que daba vida a su creatividad, encontró en cada nota la conexión entre los elementos de su obra. Para él, la sinfonía se podía comparar con el trabajo colectivo de producir vino. De esta manera, el sol de fondo simboliza el «tempus alba», el amanecer, y homenajea la luz y energía detrás de cada etapa del proceso. Al mismo tiempo, las manos que aparecen en el mural representan a los trabajadores de la tierra, un detalle que refuerza el carácter humano y orgánico de la instalación. Así, esta creación es poesía hecha arte: viva, auténtica y profundamente conectada con la naturaleza. 

Un dato curioso: se utilizaron pigmentos naturales de la tierra y borra de vino como pintura, logrando una obra literalmente orgánica. 

Mural de Roggerone en Club Tapiz

En las históricas instalaciones de la bodega Navarro Correas (1892), hoy sede del hotel boutique Club Tapiz, se encuentra el imponente Mural de Sergio Roggerone. Para ser más precisos, en el salón Pour La Galerie dentro del Museo Tapiz, declarado de interés cultural. Esta obra es de esas que cada vez que la observas encontrás un detalle nuevo el que se puede integrar a un gran relato visual.

Realizada con pintura al óleo, tintas, acuarelas, gasa y hasta lentejuelas que añaden una textura impresionante, esta producción transmite una profundidad histórica y emocional sin igual. La representación simboliza la unión entre lo ancestral y lo contemporáneo, reflejando la esencia de la bodega y el vínculo entre arte, trabajo y familia. En su composición, personajes míticos y figuras de vendimiadores se entrelazan en una escena que celebra la vendimia, el esfuerzo colectivo y la conexión entre trabajo y disfrute. Cada detalle del mural parece un brindis al equilibrio perfecto entre el trabajo, el disfrute del vino y la riqueza cultural de Mendoza.

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