Con casi una década de carrera, y en constante movimiento tanto sonoro como personal, Animauno, la banda mendocina –originada en las entrañas de Guaymallén- publicó su tercer disco: Al frente. Y con él buscará plantar bandera.
El autismo, la cada vez más grande brecha social entre clases y la trata de personas son parte del mensaje que aquí el vocalista Toby Deltin cuenta en primera persona.
Es que, en el contexto de una escena efervescente de pop, indie y rock canción, los chicos van al rescate del mensaje con un rock crudo, contestatario, que vuelve a agitar cabezas en la platea.
«Sí», confirma Toby Deltin acerca de la movida. Él es integrante de un grupo que ha cambiado formación en varias oportunidades. Y como productor también del nuevo disco, afirma: «La impronta de la banda ha ido mutando. El primer disco es más introspectivo (100mil Km., 2014), el segundo está entre lo introspectivo y la protesta (Mascarón de Proa, 2016), y ya este tercero va al hueso».
Deltin es el vocalista y bajista de Animauno, Fede Manija Sardá hace de las suyas en las guitarras, Víctor Moko Castillo está en batería y Leo Martínez se encarga de las bandejas y los programadores. Ahora se sumó el violero Joaquín López.
El grupo la rockea aquí, a la par de otros proyectos que cada cual tiene, como Toby Deltin que forma parte de Gauchito Club o el Dj Leo Martínez que sostiene su Estanzuela Sound System. Algo que se repite en otras bandas, tanto locales como foráneas. Así como la comunión de amistad que abriga la movida.
De ahí que el disco de los Animauno tenga varios invitados, desde Canario Vilariño –referente del rock duro con Chancho Va- hasta los hermanos Manu y Sasha Nazar de Gauchito… y Cien Peces Piensan, Exe Stocco de Pasado Verde o Mariano Moreno de Ojo de Agua. El disco homenajea a Rodrigo Cebo Cara y La Skandalosa Tripulación con una versión de Contaminería.
La ilustración y el arte de tapa de este material se expresa por sí solo, con cadenas, humo y represión en primer plano, creado por Nicolás Viñolo. Al frente se puede conseguir en las diferentes plataformas digitales, los chicos sueñan con su formato físico porque «somos noventosos y nos gustan los libritos y esa cosa de escuchar con el disco en la mano», confiesa Toby Deltin.
¿Cómo definirías el espíritu de Animauno?
En esta formación actual, que no lleva más de tres años, la banda va al frente, de ahí el título del disco. Definitivamente. Todos los temas van unidos a una misma crítica social. Salió ahora porque el momento que atravesamos socialmente es muy delicado, entonces era el momento para sacarlo.
Por eso hay un resurgimiento del rock contestatario…
Sí, exactamente. El punk nunca murió. Pero hoy hay muchas bandas de protesta, las escucho y me voy enterando todos los días, acá y en otras partes del país. No abundan, pero están apareciendo de a poco, sobre todo en Buenos Aires. Todos tenemos muchas cosas para decir y nos interpela a todos.
¿Cómo se hace para compartir dos proyectos musicales tan diferentes como Animauno y Gauchito Club?
Animauno es 100 por ciento contestataria, se planta en un lugar y no se mueve, marca la cancha. Con Gauchito sentimos la música desde otro plano, cantamos más desde el corazón, desde la vivencia de la cotidianidad, sin entrar tanto en lo político. Y disfruto de ambos proyectos.
¿Por qué surge la balada “Mi lado del muro” sobre el autismo?
Es que Animauno busca visibilizar cuestiones sociales que se invisibilizan constantemente. El autismo por muchos años ha sido hasta tabú. Y a nosotros nos toca de cerca porque uno de los integrantes de la banda es psicopedagogo y parte de la terapia la hace con nosotros. Lleva a los chicos a los ensayos, nos ayudan en los shows. Esa acción social no podemos soslayarla. Nos gusta, lo disfrutamos. Y creíamos que en este disco había que hablar de eso.
¿Qué tiene este disco que los otros no hayan tenido?
Nos metimos en el estudio a grabar de una, todo un día de todo corazón, y así salió. Le dedicamos mucho a la preproducción y a la producción. Tuvo todo lo que un artista sueña. Los invitados le dan un montón de aire al disco. El Canario Vilariño es un referente del rock mendocino y era un anhelo para nosotros que estuviera en un disco nuestro. Los hermanos Nazar, que con Cien Peces Piensan laburan un rock pop coral, súper raro, venían de 10 para la balada del disco, Mi lado del muro, le dieron un universo diferente al tema. El pianista Mariano Moreno es tremendo, tiene un proyecto hermoso con Ojo de Agua, hizo los pianos de ese tema y quedó una delicatesen. Y Exe Stocco fue la frutilla del disco, se re copó y le gustó la canción Hace tiempo, y para mí es la mejor canción del disco, lejos.
¿Cuál es el mensaje final de la banda pensando en lo que más les preocupa de la sociedad?
La cada vez más grande brecha social entre los que más tienen y los que menos tienen. Es el común denominador que vemos todos: los que tienen poco, cada vez tienen menos; y los que tienen más, cada vez tienen más. En el medio está esa clase media rarísima que no quiere que el de abajo se le acerque pero tampoco puede ser el de arriba, entonces está en esa disyuntiva de qué querer ser y no piensa en el conjunto.
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