Ana Chaveros siempre se interesó por los espacios. Luego de pasar por la carrera de arquitectura – profesión que hoy no ejerce -, se dedicó a la pintura. Martín Villalonga es su «maestro». Viaja mucho a Nueva York, ciudad donde se formó en el “Art students league” en «pintura y composición con Ronnie Landfield, en Mixed Media con Deborah Winiarsky, y en color con Peter Reginato. No siento que mi formación haya terminado, sigo tomando clases»
Toda sus obras son abstractas, en ello encuentra su «búsqueda» y se interesa por las formas que dialogan en el espacio. La joven cree que ser artista es un término que le queda grande. «Es difícil de determinar, y constantemente me lo pregunto, porque no es un título que un día te recibís y sos artista. Me mantengo en la búsqueda, creo poderosamente en el proceso, y que hay que vivir a fondo. La pregunta es mucho más importante que el hecho de encontrar una respuesta.»
Sos muy activa en Instagram. Tenés un feed muy pensado…¿a qué se debe?
Instagram te da una gran posibilidad de mostrarte y mantenerte conectada, me abrió muchísimas puertas, para mí es apasionante, los algoritmos cambian constantemente, y mantenerlo activo me lleva muchas horas de trabajo, necesito que sea pensado porque si bien soy muy activa, no soy blogger, uso mi cuenta para mostrar mi trabajo y eso requiere un trabajo de curación, de composición, de estudio de color, las fotos no están puestas de manera aleatoria, todo está pensado. Me encanta esta red social porque es una red visual, eso hace que sea muy difícil mentir; porque al entrar ves un todo, no ves una foto aislada. Mi amiga y fotógrafa Flor Lamas siempre dice “tu cuenta es tu casa”, y yo lo siento así.
¿Te identificas con el color negro?
No necesariamente, mi búsqueda principal son luces y contraluces, el negro me ayuda a crear contrastes, a darle vida a mis blancos, creo que no fue una elección premeditada, llegué al negro después de una intensa búsqueda por exaltar el blanco.
¿La pintura es tu único medio de expresión?
También hago cerámica. Aprendí en Mendoza y después estudié en Nueva York con Yasumitsu Morito, me encanta, me permite conectarme con la pieza sin la ansiedad de la pintura, tengo una línea pequeña de vajilla, y doy algunos talleres y workshops.
¿Le das importancia a los espacios donde podría estar tu obra?
La verdad no. Jamás hago una obra pensando en un espacio, estoy más bien metida en mi proceso, de todos modos creo que mis obras son muy amigables con los espacios contemporáneos. En estos tiempos de Instagram muchas bloggers e influencers de decoración han elegido mis obras, me encanta la bajada que hacen, y ayudan a vincularse con el arte de otra forma, y a animarse a vivir con obras. Aplaudo este proceso, pero dicho en las horas de taller los espacios no me condicionan.
Fotos: Florencia Lamas