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Burgery, el clásico de Mendoza que se renueva

Tras diez años en la escena gastronómica mendocina, la hamburguesería actualiza su imagen, renueva su local y presenta nuevas burgers sin perder la esencia que la convirtió en referente.

Hace una década, cuando la escena hamburguesera de Mendoza todavía estaba dando sus primeros pasos, Burgery abría sus puertas en plena calle Arístides con una propuesta clara: traer a la provincia una tendencia que ya se vivía en las grandes ciudades del mundo. Hoy, con un mapa gastronómico mucho más competitivo y diverso, la hamburguesería decide volver a ponerse en foco con una renovación integral de su imagen y estética, apostando a un refresh necesario sin desproteger aquello que la convirtió en un clásico.

Luego de varios años en los que la competencia creció exponencialmente, Burgery entendió que era momento de actualizar su identidad. Queríamos meterle un branding y un refresh. La competencia creció muchísimo y sentíamos que estábamos un poco olvidados”, explican desde la marca. El desafío fue claro: modernizarse sin correrse de su lugar histórico. Porque Burgery no nació como una moda pasajera, sino como un restaurante de hamburguesas que supo construir su identidad con el tiempo.

Desde sus inicios, Burgery fue pionera. “Fuimos los primeros, somos los de siempre. Trajimos la tendencia mundial a Mendoza hace diez años”, cuentan. En aquellos comienzos competían con pocos jugadores; hoy, conviven con una escena mucho más amplia, donde ellos se posicionan como uno de los referentes más antiguos del rubro. “No somos una tendencia, somos un clásico”, afirman, con la seguridad que da el oficio.

“Back to basic”: un refresh visual que respeta la tradición

La nueva imagen de Burgery parte de esa premisa. El negro y el blanco se mantienen como base, reforzando ese carácter clásico que siempre los identificó, mientras que el rojo aparece como color protagonista para aportar fuerza, contraste y modernidad. “El rojo resalta donde lo pongas y nos permitió jugar mucho”, explican. Esa decisión se traduce hoy en una fuerte presencia gráfica dentro del local, con cartelería llamativa que acompaña la experiencia sin opacar el producto.

El resultado es un espacio completamente renovado, pensado para volver a invitar al público a conocerlo. “El local realmente está nuevo, es para ir a descubrirlo”, adelantan, marcando el inicio de una nueva etapa para la marca.

Profesionales de hamburguesas

Si hay algo que Burgery nunca resignó es el foco en el producto. Con una década de experiencia, hoy se definen como verdaderos profesionales del rubro. Elaboran sus propias hamburguesas (tanto para su local como para otros), producen su propio pan y, recientemente, sumaron también la elaboración de todas sus salsas. Las papas, un clásico indiscutido del combo, son McCain, manteniendo estándares de calidad reconocibles.

Este trabajo detrás de escena se refleja en un menú amplio, que no abandona los clásicos pero sí los reversiona, adaptándose a nuevas tendencias y paladares sin perder identidad.

Nuevas burgers, mismo espíritu

Entre las novedades, Burgery apuesta por reinterpretar sus hamburguesas más pedidas. La Americana, por ejemplo, la históricamente favorita del público deja atrás la panceta pasada por plancha y suma una mermelada que eleva el perfil de sabor. Otra de las estrellas es la Crispy Trufa, inspirada en una salsa en tendencia en España, pero adaptada al paladar local con tomate confitado mendocino y salsa de trufa: “es un viaje de ida”, aseguran.

También se suma la Butter, una hamburguesa bien yankee, con manteca como protagonista, pensada para los amantes de los sabores intensos. Para quienes buscan algo más picante, aparece una opción con alioli de sriracha y takis, explosiva y actual. A esto se le suman acompañamientos como nuggets de pollo, bastones de muzzarella y aros de cebolla, completando una carta pensada para compartir y volver.

Dentro de este abanico, hay dos burgers que hoy representan especialmente a la marca: La Andina, con queso provoleta, tomate confitado y alioli, como homenaje directo a Mendoza; y la Crispy Trufa, que sintetiza esa idea de mirar al mundo sin perder lo local.

De Mendoza al mundo

La identidad mendocina es un eje que atraviesa toda la propuesta. “Burgery fue creada de Mendoza al mundo. Creemos que Mendoza es una gran plaza para exportar”, sostienen. En ese sentido, la nueva etapa también mira hacia adelante: la idea de asociar personajes mendocinos a la hamburguesería, explorar el camino de las franquicias y seguir consolidando la marca como un clásico actualizado ya están sobre la mesa.

Detrás de Burgery están Lautaro Cornejo e Ignacio Alcoleas, quienes hoy apuestan a que esta renovación vuelva a posicionar a la hamburguesería en el radar, sin perder la esencia que la hizo perdurar durante una década.

Visitalos en Arístides Villanueva 209, Ciudad y conocé su nueva imagen y obvio, sus deliciosas hamburguesas.

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