Skip to content Skip to footer

La Carrera: postales para descubrir

El Valle de la Carrera no figura en muchas guías turísticas, pero es uno de los paisajes más precioso de Mendoza. Te invitamos a conocerlo.

Tres días te damos para conocer el Valle de La Carrera y aprovechar así el fin de semana largo. Si todavía no lo hiciste te estás perdiendo uno de los caminos más atractivos de Mendoza, que une Tupungato con Potrerillos o los pueblitos de San José y Las Vegas. Por cualquier lado que decidas encararlo,  será todo un festival de postales y panorámicas

Si tomás la ruta 7, en Potrerillos subís hasta Las Vegas y seguís hacia el Sur por el Valle de La Carrera, el paisaje cordillerano de alta montaña de pronto se vuelve menos abrupto y amable. La ruta baja hacia el valle que por estos días se ve completamente verde. Antes de llegar a San José, a la derecha está el Chateau D’Ancon, literalmente un castillo que forma parte del circuito de Estancias Argentinas. La casa data de 1933 y fue construida por la familia Bombal, con un parque diseñado por Carlos Thays. Reciben huéspedes y visitas para degustaciones en la Bodega Boutique del Chateau, los días jueves, viernes, sábado, domingos y feriados. También tiene restorán y se pueden contratar cabalgatas, paseos en mountain bike y trekking (reserva previa).

Opciones más accesibles nos esperan en el pueblito tupungatino de San José, donde hay buenos restoranes para almorzar o tomar el té, dependiendo de cuánto nos demande el paseo.

Si decidimos encarar la ruta desde el Sur, podemos ir por el camino de los Cerrillos hasta San José y desde ahí subir a La Carrera. El paisaje es también impactante: de a poco el valle va dando paso al Cordón del Plata. Viñedos y campos al pie de la Cordillera Frontal nos detendrán con instantáneas para alimentar Instagram.

La vuelta es por Potrerillos, donde la oferta gastronómica es cada vez mayor. Si el atardecer los pesca en las inmediaciones del lago, no dejen de visitar el bar El Origen de I, un deck que los nietos de una tal Isadora construyeron para animar el verano con música electrónica y cerveza artesanal. La última vez que por allí pasamos, el festejo de una bodade lo más singular nos sorprendió gratamente: el novio y la novia, de blanco y traje pinchaban discos de música house.

Fotos: Valeria Mendez.

Facebook
Twitter
LinkedIn