Atención, que quien quiera viajar barato tiene que ser flexible, tanto en fechas como en destinos. Mirá que podés encontrar una ganga para un lugar que ni siquiera te habías planteado…
Hay que despabilarse, porque las ofertas duran poco. Un truco: visitar las webs todos los días alrededor de la medianoche, cuando cuelgan las nuevas ofertas.
Combiná aerolíneas. Esta sencilla idea puede hacernos ahorrar mucho dinero en los tickets de avión, aunque pocas veces la tengamos en cuenta. Es tan sencillo como comparar los precios de diferentes aerolíneas y, si la combinación más barata son dos vuelos de distintas empresas, comprar cada trayecto por separado.
También es importante tener en cuenta las escalas: si no te importa tardar un poco más, un vuelo con escalas será probablemente mucho más económico. Eso sí, en este caso intentá que ambos vuelos sean de la misma compañía, lo que te ahorrará problemas (y probablemente dinero) en el caso de perder la conexión.
Reservá con antelación. Mucho se ha hablado de las ofertas “last minute”, aunque lo cierto es que la única manera de ahorrar plata en un viaje es reservarlo con la mayor antelación posible. Especialmente si hay tickets de avión de por medio, ya que éstos tienden a subir a medida que se acerca la fecha del vuelo.
Recurrí a los comparadores. En la web existen numerosos sitios en los que en poco tiempo podrás comparar toda la oferta existente para vuelos, hoteles, autos de alquiler… Conseguirás el mejor precio y ahorrarás tiempo al poder consultarlo todo en un mismo lugar. Te recomendamos portales como Mirayvuela.com, Kayak.com.ar, Momondo.es… estos comparadores incluyen, por supuesto, vuelos low cost.
Alternativas al hotel. Un hotel es lo más fácil a la hora de buscar alojamiento, pero no suele ser lo más barato. Liberate de las ideas preconcebidas y apostá por alojamientos alternativos: desde bed & breakfasts a albergues rústicos, pasando por departamentos o intercambio de casas. Rastreá en la web todas las opciones disponibles, escuchá experiencias de otros viajeros, y seguro que encontrarás una opción barata -o gratuita- que se ajuste a tu presupuesto. Te recomendamos portales de alquiler -desde un cuarto en la casa de los propietarios hasta un departamento o casa- como Airbnb, o Hostelworld.com para encontrar hostels o bed & breakfast.
Y si te animás a una vivencia distinta de verdad: Couchsurfing.com, es una red social de servicio de hospitalidad. Ofrecen alojamiento, sin intercambio de dinero, bajo ciertas condiciones. En algunos casos buscando un intercambio cultural o socialización, o simplemente confiando en dar y recibir de la comunidad.
Viajá en temporada baja. Es obvio que en temporada baja todo es más barato, pero tampoco se trata de ir a la costa en invierno o a un centro de esquí en verano… Sin embargo, hay ciertos destinos a los que vale la pena viajar fuera de temporada. Podés encontrar interesantes ofertas y paquetes vacacionales.
Volá entre semana. Si podés, evitá volar los fines de semana, ya que los precios aumentan debido a la mayor demanda de viajes de ocio. De la misma manera, los lunes y viernes cuentan con una alta afluencia de viajeros de negocios, por lo que también son días a evitar. ¿Los días más baratos? Generalmente martes, miércoles y sábados. En cuanto a las horas, mejor a mediodía o de madrugada. Pero si viajás en vuelos nocturnos, asegurate de que haya un transporte asequible para trasladarte de la terminal a tu destino, o si no terminarás pagando la diferencia de precio del ticket encontrando una forma de salir del aeropuerto a mitad de la noche.
Pesá el equipaje antes de salir de casa. El exceso de peso en la valija puede costarte una media de 10 euros por kilo de más. Si querés evitar malasangres (y dolores de bolsillo) en el mostrador del aeropuerto, consultá con antelación cuál es el peso máximo que la aerolínea te permite sin pagar recargo. Con esa cifra en mente, pesá la valija antes de salir y comprobá que no exceda el peso. Tené en cuenta que si viajás con aerolíneas de bajo costo, el peso máximo ¡suele ser mínimo!
Días gratuitos en museos y atracciones. Muchos museos y lugares turísticos son más baratos o incluso gratuitos algún día de la semana. Si querés ahorrar en entradas, planificar tu viaje por días te resultará de lo más útil: consultá las jornadas gratuitas (si las hay) de los lugares que tengas pensado ver y anotá tu visita en la agenda para ese día. Si preferís no estar sujeto a un plan estricto, consultá los “City Pass” disponibles en muchas ciudades, que ofrecen varias atracciones a precio reducido.
Desactivá la itinerancia de datos. Si viajás al extranjero y querés evitar sustos en la factura, te recomendamos desactivar la itinerancia de datos de tu teléfono celular. Si no, en el momento en que pises suelo foráneo comenzará a tarifarse a un precio elevado. Si creés que vas a necesitar los datos de tu smartphone en el extranjero, consultá los planes de roaming de tu compañía telefónica y preguntá cuánto te va a costar. Si no, mantenelo desconectado y aprovechá las zonas de wifi gratuito para conectarte a internet.
Comé donde comen los locales. Evitá comer en los típicos lugares para turistas, en los que el precio está seguramente inflado. Para encontrar lo auténtico y más económico, no es necesario terminar comiendo en un establecimiento fast food, sino simplemente informarte sobre los sitios en los que comen los habitantes del lugar. Podés encontrar información en publicaciones de ocio o simplemente preguntando a las personas que conozcás durante el viaje. Y si no, siempre encontrarás un puesto de shawarma a la vuelta de la esquina…
