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Pasado Verde: Madurez en la era del «manso indie»

De los sonidos acústicos al calor del hogar, la banda mendocina saltó hoy al top ten de las más escuchadas de la región en las plataformas digitales.

Las redes son su medio para construir un éxito sostenible que soñaron hace 12 años. Los chicos de Pasado Verde llenan shows en cada bar de cada rincón de Mendoza y más allá. En esta entrevista, Exe Stocco y Fabri Potenzone nos invitan a pasear por su mundo y a seguirlos en un camino de seducciones efímeras y obnubilaciones del rock que ellos bien saben sortear

Ante los ojos de la nueva generación del rock emergente, ellos son uno de sus máximos exponentes. Y los que vienen detrás se reflejan en su presente, así como a principios de este siglo ellos se reflejaban en el agite de banderas y para un fanatismo melómano de figuras como los Fun People.

Pasado Verde

Los tiempos cambian. Los chicos crecen. Y Pasado Verde está a punto de ebullición después de 12 años parpadeando melodías propias que ahora corea una masa de seguidores –físicos pero también y sobre todo cibernéticos-. Porque el público de la banda nacida en un cuarto de hogar de un barrio de Godoy Cruz es casi intangible, llega tanto adonde pueda llegar en un click compartido, retuiteado o anclado en el «visto».

La formación musical de varios de los Pasado… inicia, entre otros aspectos, asistiendo a recitales en casas o hasta en canchas de fútbol 5 y «algunos otros lugares extraños que ya no existen o incluso han sido demolidos», rememoran.

Y a la distancia, hoy en una semana su nuevo clip de El plan recibió cinco mil vistas. Hace un mes, tocaron en la terraza de la Usina del Arte «cual Beatles» para gente de paso que a través de las redes agitó «el aguante» a la banda esa tarde de domingo porteña. Están en preproducción de su cuarto álbum de estudio, el que le seguirá a Fuego y Flora, disco de larga vida que salió en 2016 pero -como una barra de chocolate en invierno que deseamos no se termine jamás- recién ahora estamos degustando.

El trayecto de Pasado Verde para formar parte hoy del llamado «manso indie» mendocino no fue descollante ni mucho menos. Abandonos en el camino, cambios de timón, latidos desencontrados por vivir para la música y no de ella, los cinco integrantes comparten experiencias similares a sus pares como Mi Amigo Invencible, La Skandalosa Tripulación, Usted Señálemelo o Perras on the Beach.

«Hemos tenido altibajos desde lo artístico hasta lo humano. Pero no esperamos que la música nos salve económicamente, el rescate viene por otro lado», confiesa el líder vocal Exe Stocco, «nos dimos cuenta de que en el momento donde nos hicimos más cargo de la banda y entendimos que la música era algo muy importante en nuestra forma de vivir, la banda respondió dándonos gratas sorpresas que siempre tienen que ver con la respuesta de la gente».

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De Para crecer y olvidar (álbum debut de 2009) a Fuego y Flora, sólo ha transcurrido el tiempo de la maduración para Pasado Verde. «La estructura de las canciones, las tres guitarras haciendo cosas distintas… ambos discos tienen características en común», aporta el guitarrista Fabri Potenzone. Y completa: «En Para crecer… comienza la exploración con sintetizadores y en Fuego y Flora  el sonido se empieza a modular».

En proceso de traslado de un «homestudio» a la sala de ensayo se encuentra el próximo material del grupo que completan Joaco Nazar en guitarra, sampler y coros; Leo Lemoli en batería y Franco Rulo Santillán en bajo y coros. El sexto integrante es el sonidista Mario Sánchez, pata fundamental en la mecánica integral de su propuesta.

En este sentido, Exe revela: «Tres de nosotros vivimos juntos, Fabri, Rulo y yo, y eso ha ayudado mucho a la parte compositiva del nuevo material. Somos una banda que intenta que el disco pueda ser defendido en vivo al 100 por ciento, tratamos de experimentar con lo que tenemos y estrujarlo al máximo, siempre en la instancia anterior al estudio de grabación, es decir en la sala de ensayo,  para poder llegar al momento de grabar con las cosas lo más definidas posible».

El grupo define la movida indie como una forma de trabajo independiente.

«Como palabra se puso de moda por el periodismo para identificar o catalogar una parte del rock emergente, pero también pertenece a un ciclo de estilos que van rotando, y a su vez puede ser un movimiento de cualquier parte del mundo como cualquier género», sostiene el guitarrista Potenzone.

Sobre las claves para su brillante presente en la escena nacional (a fin de mes tocarán en Vorterix y acaban de compartir escenario con El Mató a un Policía Motorizado, además de todo lo ya contado), el vocalista Stocco analiza: «La cosa pasa por ser verdaderos. Y eso se da en la relación que existe entre el mensaje que se pretende transmitir y la personalidad y actitudes de la banda, tanto arriba como abajo del escenario, en la forma de laburar, en la relación con los amigos, con el público, con productores, periodistas. La palabra clave es sinceridad, cuando la gente te cree lo que estás cantando lo hace propio y cuando lo hace propio lo comparte como si fuera de ellos, a partir de ahí es todo más fácil».

Pasado Verde se propone de entrada –y quizás sin quererlo- ser profeta en su tierra. Momento óptimo si lo hay para la movida indie de la región como nuevo paradigma de lo que hasta hace poco llamábamos rock nacional.

Pero ellos no se creen la excepción. «Todas las bandas de Mendoza son profetas acá, te das cuenta al ver producciones de bandas de acá con bandas de afuera. Los mendocinos volvieron a escuchar bandas de su provincia cuando se organizó un poco la forma de hacer las cosas (sonidistas, discos, redes sociales)», considera el violero Potenzone.

Para Pasado Verde no hay una sola forma de hacer las cosas, «mientras más honorable sea tu desempeño y mientras más personas con buenas ideas te acompañen, de a poco vas a ir recibiendo otras cosas como experiencias y aprendizajes», dice Fabri. Y lo seguimos: «Al éxito no hay que mirarlo como una gran recompensa al final del camino, sino como algo que va pasando todo el tiempo. Viajar con tus amigos conociendo lugares y tocando, ya es invertir y dejar que todo fluya al mismo tiempo».

Así nos despedimos de Pasado Verde, colocándonos los auriculares en un suspiro para que el encuentro transportador a su música nos deje por fin sin aliento.

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