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Fernando Rosas y Laura Rudman

Hasta el 01/08 – «Miti Miti», muestra de obras conjuntas de Fernando Rosas y Laura Rudman

19 junio
Hasta el: 1 agosto
19:30
Sala de arte de la Legislatura (Edificio Margarita M. de Torres, Peatonal Sarmiento 247, Ciudad)
El escultor y la artista plástica expondrán sus obras terminadas en conjunto, ambos intervinen y crean una pieza de arte única con las técnicas de ambos.

 

Los artistas expondrán una nueva muestra de obras conjuntas y como dicen ellos: «Somos plásticos, somos amigos, no tenemos ya nada de vergüenza, nos usamos como herramientas para transformar nuestras obras en un paisaje nuevo al que llegar y con algo de suerte, reconocernos».

Podrá visitarse hasta el 01 de agosto, en horarios de la Legislatura.

No es novedad que el arte, en tanto medio de comunicación, tiene su valor en la gran cantidad de modos y sistemas con los que esa comunicación se lleva a cabo. Cada artista aporta una pequeña particularidad a ese mapa cósmico de individualidades. A menudo a los artistas plásticos se nos imagina sujetos ermitaños, ensimismados, taciturnos. Pero suponer que los otros no nos atraviesan es absurdo (muchas veces conlleva patéticos intentos de disimular una sinergia inevitable).

Tal vez por eso a lo largo de la historia del arte han aparecido estas combinaciones entre artistas, muchas y muy buenas, algunas incluso locales y coetáneas. Entonces en esta muestra se evidencia lo obvio: trabajamos sobre la mezcla lisa y llana, no solo la de colores, materiales y estilos, sino las preferencias. Ninguna obra de las que componen esta muestra nació fácilmente. Cada una quiso ser una cosa y la mano del otro, o la idea del otro la modificó, la llevó a lugares intermedios, a los que jamás hubieran ido sin la interacción y el deseo de dos individualidades en pugna.

Cada obra entregada al compañero es un pequeño gesto de amor, encierra una dedicatoria que podría decir “para vos, es lo mejor que puedo hacer justo ahora” y la responsabilidad sentimental y profesional suma a la experiencia una sanísima presión para estar a la altura de las circunstancias, transformando nuestras mentes para interpretar ese gesto dado y devolverlo en intensidad equivalente.