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Buda: el mago de los cumpleaños infantiles

Desde hace más de tres décadas, Juan Carlos Jusué comparte sus trucos en festejos que han quedado guardados en la memoria de los niños. La historia de un hombre que vive en un mundo de fantasía y comparte su alegría con los más pequeños.

Por Andrea Calderón

Juan Carlos Jusué era un niño regordete con aspecto de oriental cuando un amigo de su padre lo vio una tarde, absorto, sentado al pie de un árbol. «Pero… si es igual a Buda», exclamó. Desde aquel momento, nunca más llamaron por su nombre al mago que desde hace 30 años anima fiestas de cumpleaños en Mendoza para el público infantil.

Jamás le faltó trabajo ni repartió una tarjeta para promocionarse. En los medios gráficos locales no hay artículos que hablen sobre él, apenas alguna que otra referencia. Sólo una vez, en sus comienzos, publicó un aviso en el diario en el rubro Guarderías, porque el de Fiestas Infantiles no existía, recuerda. A Buda lo recomiendan los padres de los agasajados. A Buda lo contratan desde hace tres décadas entre cuatro y cinco veces por semana para que desenvuelva sus trucos de magia: La mesa que vuela, Infinito y más allá

 

Buda

 

«El marketing corre por cuenta de mi trabajo, nada más», dice sin ánimos de grandeza en la Academia de Danzas Árabes Suhaila, el espacio en el que confluyen los miércoles los integrantes de la Red MaSo Mendoza, una organización sin fines de lucro de magos solidarios de la que Buda es parte. «Además de vivir de esto, queremos difundir y compartir lo que hacemos. Por eso nos juntamos a intercambiar conocimientos y nos trasladamos a lugares donde la magia no llega para ayudar en hospitales, comedores, escuelas rurales o entidades carenciadas», dice.

Hay algo de lo que Buda no puede escapar: del recuerdo de quienes lo vieron en vivo alguna vez. «Adonde voy me dicen: “Vos le hiciste el cumpleaños a mi sobrina”, o cosas por el estilo. Los otros días fui a llevar al médico a mi mamá y en un momento el médico me dice: “Buda, vos me hiciste el cumpleaños a mí”. Eso está muy bueno, que te recuerden con una sonrisa y hablen bien de vos es un hermoso recibimiento, muy distinto al del dinero que es tan vil».

 

Buda

 

Buda Jusué nació en Capital Federal en 1961, hijo de una ama de casa y un topógrafo, cuyas obligaciones lo trajeron a la familia a Mendoza cuando Juan Carlos tenía 12 años. Los recuerdos porteños de la infancia lo retrotraen al encierro de una casa de barrio. «Mi madre tenía mucho miedo de que nos pasara algo y eso hizo que desarrolláramos la creatividad para el juego. Como los juguetes se acababan en breve, descubrí que con tijera y papelitos podía hacer el muñeco que yo quería».

En Mendoza, el panorama cambió por completo. En el barrio Unimev de Guaymallén, cuando aún estaba en construcción, Buda se sintió libre entre las viñas, rodeado de naturaleza y con los temores atenuados de su madre por el nuevo lugar. «Mendoza fue caer en la maravilla», dice. Pasó por más de un colegio secundario y a pesar de que no lo echaron de ninguno, porque el problema no era de conducta sino atencional, completó sus estudios en una escuela de adultos. Buda prefería su banda de rock y el contacto con la gente en la calle.

 

Buda

 

Pasó por la carrera de Comunicación Social y más tarde por Abogacía («donde estuve entre media hora y 45 minutos»). Finalmente ingresó a Teatro en la UNCuyo, donde conoció a un titiritero que al ver su histrionismo lo invitó a participar de un cumpleaños que él animaba. «Ahí me di cuenta de que tenía llegada con los chicos. Fui sin ningún elemento, sólo con las técnicas que había adquirido en la facultad y la re pegué».

Desde entonces pasaron 33 años y miles de cumpleaños. «La magia es para todo el mundo más allá de que yo la encare desde lo infantil y la acompañe con un texto cómico fácil de intelectualizar y con un mirada participativa. La composición de la magia tiene que ver con todos aquellos elementos que no se compran sino que se construyen. Mi público va sobre todo hasta los 6 años, cuando la fantasía está a pleno y los niños no plantean rivalidad con el mago ni quieren descubrir cómo hace lo que hace. A mí ver la cara de los chicos en el momento del truco me resulta maravilloso. Lo que más aprecio y valoro de mi trabajo es que cuando estoy ahí yo también me meto en una burbuja en la que la comunicación entre ellos y mi persona se vuelve clave. Entre nosotros hacemos el espectáculo».

 

Buda

 

Asegura que «nunca» se planteó hacer otra cosa sino más bien «darle una vuelta de hoja a lo que estaba haciendo». Sueña con tener su gran número de magia, anhelo en el que trabaja a diario entre tareas domésticas, ensayos de guitarra, contrataciones y el tiempo libre que le destina a ver los partidos de fútbol del club de sus amores, Racing, o series que por estos días lo entretienen, como Game of Thrones. Aunque, reconoce: «Ando todo el día colgado a la magia». Casado y padre de dos hijos, conserva el juego como aliado y la ingenuidad como predisposición positiva ante la vida.

 

Buda

 

Encuentro de magia en Mendoza

El 9, 10 y 11 de octubre, la provincia será sede de una convención de magos de todo el país. Durante el encuentro se realizarán funciones solidarias, conferencias y galas en teatros. Las inscripciones son exclusivamente para magos en FB/Magos Sin Galera

 

 

 

 

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