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Cuatro vinos, cuatro historias de jóvenes audaces

Vinos modernos y fáciles de beber. Cada uno con su identidad, su personalidad y un diseño que anticipa las sensaciones que vas a vivir.

Ideales para tener en casa, para darse un gusto, para compartir con amigos o simplemente para ver una serie en el sillón de tu sala. Cuatro vinos jóvenes de calidad al alcance de muchos bolsillos. Calidad tanto por su sabor como por sus nombres cargados de significado, reconocible a través del diseño de sus etiquetas.

Joaquín Andreu, dueño de Fatal Wines, cuenta a Inmendoza que «buscamos conquistar a los jóvenes a través de una estética atrevida, poco convencional y disruptiva». Un vino con tres etiquetas diferentes que resaltan por la fuerza de la imagen femenina, hechas con la técnica del collage, en distintas facetas. «Nuestro gran impulso es romper paradigmas o viejos conceptos de la industria del vino. Podemos tener un producto de gran nivel y aceptación, saliéndonos  de la forma clásica de presentación, apuntando a que no solo un consumidor quiera un vino porque la etiqueta dice que fue añejado en roble, sino porque verdaderamente logramos intrigarlo con tres presentaciones distintas para un mismo Malbec del Valle de Uco».

Vinyes Ocults es «un vino de autor», un vino con identidad en el que se refleja «elegancia, simpleza y belleza en cada diseño», relata su enólogo Tomás Stahringer. El nombre Vinyes Ocults, que en idioma catalán quiere decir viñedo oculto, remite a la realidad de su ubicación, está escondida en el corazón de San Carlos. Malbec y Viogner son los dos varietales que se pueden disfrutar. Su etiqueta, que llama poderosamente la atención, es la imagen de una calavera.

«En 2015 fui a México y me encantaron los festejos del 2 de noviembre por el Día de los muertos; una festividad que representa la idea de vida y no de muerte en sí, por eso hacemos alusión a la vida en este vino».

Pablo Molinengo y Estaban Marti son los artífices de Llevame volando a la Luna, un Malbec de edición limitada que llama la atención por su inspiración en El Principito. «El vino forma parte de mi realidad, la creatividad que involucra hacer un vino, ponerle un nombre, poesía, mezclar hasta crear algo diferente y original. Queremos que al beber este vino, el consumidor viaje hasta los viñedos a través de una historia» comenta Pablo. El vino se elabora con uvas de viñedos trabajados bajo prácticas orgánicas en la bodega Cuvelier Los Andes, dentro del campo de Clos de los Siete, en Vista Flores. De aroma intenso, su paleta de sabores viaja a través de frutas rojas maduras, un colchón especiado y dejos de canela y nuez moscada.

Quentin Pommieri y Thibault Lepoutre, son dos amigos franceses que vinieron a Mendoza, uno en 2009 y el otro en 2012, en conquista de uvas y viñedos para realizar su propia bodega Mundo Reves Wines. «Encontramos mucha facilidad para desarrollar un proyecto nuevo», cuentan. «Tenemos un Malbec y un Cabernet Franc en barrica de Los Chacayes y Altamira, otro Malbec sin barrica y un Bonarda sin barrica que es de un parral viejo de Vista Flores». Las etiquetas son muy nuevas, con mucho color, «por ejemplo la de Asa Nisi Masa tiene un concepto que hace referencia al cine italiano de los años ‘50. En cambio en las etiquetas de Mundo Revés quisimos contar nuestra historia, dos personas que vienen del otro lado del mundo, formados en Francia como enólogos. La idea y la perspectivas de vino que se tiene en Francia es diferente a la que se tiene acá», explican.

Fotos Gentileza: de cada bodega.

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