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Vista al paso (apurado) x 3 ciclovías

Ciclovías: ¿inéditas, innecesarias, sólo estorban el tránsito? Tres circuitos que proponen una mirada nueva de la ciudad en movimiento.

Las iniciativas que invitan a un cambio son difíciles de incorporar en cualquier lugar, generan una necesidad de reacomodamiento no sólo a la hora de evaluar su funcionalidad, sino también desde lo visual, desde lo estético. Hoy, en nuestra ciudad, las ciclovias están a prueba. Es por ello que realizamos la experiencia de andar en bici por la ciudad y te brindamos una versión -lo más objetiva posible- de un paseo a pedal. Seguro, algo distinto nos va a generar…

Salir en bicicleta por la ciudad hace que tengamos que prever algunos detalles. Por ejemplo: si tenemos que hacer trámites, compras o encontrarnos con alguien, hay que considerar un lugar seguro donde dejar la bici. También, preparar  una mochila donde cargar todo lo necesario para el viaje. Por mi parte, hoy solo necesito mis sentidos.
 
Arranco el primer circuito en calles Necochea y San Martín. Desde muy temprano hay tránsito. Al observar los autos que suben por Buenos Aires, llama mi atención los rostros de los conductores. Saben que se angosta la calle y que las próximas cuadras serán difíciles de recorrer. Ruido, bocinas, autos apurados y otros buscando lugar para estacionar. Trato que nada opaque mi paisaje, sigo por la bicisenda y busco imágenes alternativas que acompañen mi movimiento, proveedoras de inspiración.
 
Un lugar de encuentro: “El Cafetal”,  con mesas listas desde temprano para quien se tiente con un cafecito rápido. Sigo un poco más y me detiene una tabaquería. Pienso en el tipo de personas que concurren a un negocio así y me las imagino anacrónicas, metódicas, conservadoras, aquellas; a quienes les gusta disfrutar de un buen libro, un trago de tradición anglosajona on the rocks y aromas de cigarros exóticos.  Próxima cuadra Plaza San Martín, que enfrenta una vista más bursátil, con oficinas, bancos y guardias de seguridad que controlando la entrada o salida de algún transporte oficial. Al cruzar el semáforo me topo con la Basílica de San Francisco; me genera preguntas: ¿cuándo fue la última vez que entré? ¿estará bien conservada?  Decido no detenerme y continuar, los autos siguen apurados, pero yo, pedaleo tranquila, descontracturada. Hay muchas playas de estacionamiento en ambas manos hasta llegar a calle Mitre. A tan solo cinco cuadras del microcentro, el paisaje cambia completamente con un boulevard arbolado que genera una doble vía. De pronto me parece estar en una zona residencial. La vista se ensancha y hacia la izquierda aprecio la Plaza Independencia. Continúo el trayecto sin desviarme y llego a Plaza Chile. Siento el ruido del riego, percibo el olor a tierra mojada, a frescura y observo que en el Consulado de Italia, ya hay personas esperando ser atendidas. Me queda la última cuadra para andar segura por un camino tranquilo y sin atropellos. Recorrer ocho cuadras en 5 minutos me dejó una buena sensación.

 

Ciclovia, Necochea
En la primera cuadra de calle Necochea, un clásico de los desayunos.

 

Tabaqueria Londres
Londres: cónclave para los amantes del tabaco.

 

Basilica San Francisco
La Basílica de San Francisco construida en 1875, alberga la imagen de la Virgen del Carmen de Cuyo.

 

El próximo circuito se me presenta recto por Avenida Juan B. Justo, dirección este/oeste. En la ida y vuelta, dos destinos opuestos. Construida en el centro de la arteria, esta bicisenda me muestra sin obstáculos los dos puntos que une. Hacia el oeste el parque: verde, fresco y con posibilidades innumerables de hacer caminos al andar. Hacia el este: una entrada amplia y arbolada a la city. Vuelvo mi mirada a la ciclovía que tengo por delante. La avenida es ancha, bastante ordenada, donde algunas esquinas se ven más congestionadas que otras pero no para volverse loco. Elijo la dirección oeste/este, es decir desde Boulogne Sur Mer y Av. Juan B. Justo hasta la estación del Metrotranvía.  Las calles se ven amigables, tienen vida propia. Todavía muchas persianas de los negocios están bajas… habré salido muy temprano? Sus nombres me transportan a mi infancia: “A la Antigua”; “Lala y Nenecha”; “Santo Remedio”. Persiste en las calles el alma de barrio. También, la legendaria bicicletería “El Sapito” donde los parches, llantas y repuestos están al paso. Completando el entorno, el toque francés de la  pastelería “Brillat Savarin” y el restaurante “Ana Bistró”, cuyos pisos se preparan para recibir a los comensales con el brillo que le aporta el lampazo matinal. Brillo al style francais. Llego al final del trayecto y tengo dos alternativas: doblar por Belgrano o continuar por Av. Las Heras. Ambas opciones tentadoras por igual.

 

Ciclovia J. B. Justo, El sapito
Boxes para las bicis: un dato para agendar en la calle Juan B. Justo

 

Ciclovia J. B. Justo, Anna Bistro
El toque francés de un restó cosmopolita.

 

Ciclovia J. B. Justto, Mendoza
En medio de los automóviles, la ciclovía me da seguridad.

 

El tercer circuito parte de Av. Moreno y Paso de los Andes hasta llegar a Palero. Son pocas cuadras, pero ofrecen buenas conexiones. Inicio mi recorrido en la pastelería Maihló y tomo la dirección este. Miro hacia abajo y observo un río seco con paredes decoradas, seguramente por un grupo de audaces que advirtieron la posibilidad de plasmar sus diseños allí. Cómo subieron y bajaron, no lo sé.  En la vereda de enfrente hay negocios de comidas rápidas. Pedaleo apresurada incentivada por la inclinación de la calle y llego al final de la bicisenda. Palero y Moreno es una esquina transitada ya que desde allí se accede a puntos neurálgicos de la ciudad. Yo con mi rodado cruzo la calle y veo una nueva opción: la ciclovía de 6 km. que cruza prácticamente todo Godoy Cruz. El horizonte me tienta pero retorno al punto donde partí. Desde allí voy al oeste con un entusiasmo mayor: la ciclovía ahora me conduce hasta el parque.

 

Ciclovia Moreno, Mendoza
Street art en el canal de la Avenida Mariano Moreno.

 

Cciclovia Moreno, Mendoza
En la quinta sección la bicisenda te conecta con el parque Godoy Cruz o el centro de la ciudad.

 

Ciclovia Moreno, Mendoza
Experiencia simple y relajada al pedalear en la bicisenda.

 

Conclusión: el tránsito de autos me acompañó durante los tres circuitos, sin embargo siento que a mí me fue mejor. La idea de movilizarme despreocupada me resultó positiva. En el día a día, todos debemos salir y adentrarnos en la ciudad y hacerlo en bici esté muy bueno. Las ciclovías buscan generar un cambio en las personas, una forma diferente de movernos. Sólo es cuestión de sacar el rodado y salir. Entonces, ¿por qué no probar?. …tal vez te sorprenda de una experiencia tan simple y cotidiana.

 

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