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Día del dibujante: Tres talentos para disfrutar

Tomás Llaneza, Amparo Avigo y Matías Daviron, ilustradores y dibujantes que destacamos para celebrar la fecha.

Cada 10 de noviembre se celebra en nuestro país el Día del Dibujante. La fecha tiene origen en una iniciativa de la Asociación de Dibujantes Argentinos, en honor y reconocimiento al uruguayo Alberto Breccia, uno de los artistas más influyentes en Latinoamérica, quien falleció el 10 de noviembre de 1993. A pesar de haber nacido en el país vecino, eligió Argentina para vivir y realizar la mayor parte de su carrera.

El dibujo puede ser un arte, una profesión o un estilo de vida. Mendoza ha visto nacer a grandes virtuosos que se dedican a la ilustración y a la técnica de plasmar a través del lápiz. En esta fecha convocamos a tres de ellos -muy diferentes entre sí- para reflexionar sobre sus carreras, los nuevos paradigmas del dibujo y la actualidad de este arte en la provincia.

Matías Daviron

El artista Matías Daviron es un diseñador e ilustrador que hace años eligió la provincia para desarrollarse. «Dibujo desde muy pequeño, paredes, muebles y papelitos. Hoy sigo igual», reza la presentación en su página web. Los mendocinos seguramente lo reconozcan por haber ilustrado más de cuarenta tapas del suplemento infantil Jugá con Tintero, aunque también hemos visto su trabajo en notas para el Diario Los Andes, Unicef, libros, revistas, juegos, humor gráfico y proyectos propios.

Matías trabaja con diversas técnicas. A veces lo hace de forma análoga, otras de manera completamente digital y a veces combina ambas. «Creo que todo es bienvenido. El mundo digital tiene muchas bondades y hay que saber aprovecharlas. Cada uno se sentirá más cómodo en el campo que pueda bucear. Hay artistas digitales que son espectaculares y que han hecho cosas maravillosas en ese mundo tecnológico. Ahora también se abre una nueva puerta más polémica aún, que es la inteligencia artificial, y ahí todavía no sabría qué decir porque está todo por verse. Puede llegar a ser un problema, una inspiración o una solución para ciertos medios que dejen de lado a los ilustradores, y eso ya sería un tema bastante duro, pero ahí va a entrar la valorización de lo humano y nos va a interpelar a todos nuevamente», expresa el artista.

«No hay comparación entre la analogía con lo digital en cuanto al entrar en contacto con los materiales, es una esencia y un estado muy diferente entrar en contacto con el papel, con los olores, con las texturas que se pierden por obvias razones en el campo digital», finaliza.

¿Cómo ves en la actualidad la profesión en la provincia? ¿Es valorada?

He visto que en estos años ha evolucionado bastante la promoción, quizás nos falte, comparándonos a nivel mundial con otros países más avanzados en esta profesión creo que estamos atrasados, pero a nivel país últimamente ha crecido bastante y se ve un crecimiento constante. Creo que es bueno lo que ha pasado, por ejemplo, con ADA que permite asesoramiento, dar talleres, compartir conocimientos y  que esta profesión siga creciendo. 

En cuanto a la situación actual de la provincia, hay una cantidad de talento que la verdad impresiona. Año a año van surgiendo nuevos artistas. Lamentablemente no se valora esta profesión en la provincia y creo que en el país tampoco, pero hablando de Mendoza le falta todavía educación de valoración y educación también de parte de los contratantes hacia un medio o una empresa, realmente falta mucho en ese sentido.

Amparo Avigo

Amparo es tatuadora. Siempre estuvo conectada al mundo del dibujo, pero atravesó un largo camino hasta volcarse al tatuaje. «Estudié Diseño Gráfico y siempre dije que si trabajaba de eso iba a ser en algún área de su parte más artística, como portadas de discos o tapas de libros, pero hasta ahí nunca había pensado en tatuar». Fue en un viaje a Barcelona cuando conectó más profundamente con sus dibujos y comenzó a formarse de manera autodidacta, a través de internet o libros que compraba. «Antes de volverme a Argentina, le regalé un dibujo mío a una querida amiga chilena-malagueña y me dijo «¡¿Qué hacés que todavía no estás tatuando!?” Básicamente me prendió la lamparita». Y al igual que con el dibujo, Amparo aprendió a tatuar sola, viendo videos en Youtube.

Con inspiración directa del universo del manga y el anime, define su estilo como kawaii, neo Tokyo, un poco dark o punky. «Dentro del mundo del tattoo podría definirlo como blackwork -trabajos solamente en negro y grises- y línea fina. Cuando dibujo en papel también suelo usar grafito o un solo policromo de color. Y en mis ilustraciones digitales, suelo utilizar colores brillantes y contrastantes». Y lo plasma en figuras humanas, sobre todo femeninas, animales, objetos y tribales.

¿Preferís la técnica digital o sos de empezar por el lápiz y el papel?

Últimamente dibujo mucho en papel, pero también dibujo de forma digital con el iPad. Si es para luego tatuarlo, es más cómodo pasarlo en limpio en el iPad, pero el dibujo desde cero en el papel se siente más intuitivo y no tan perfeccionista, para mí. De cualquier forma, ambas son herramientas diferentes y me gusta utilizarlas a las dos.

¿Te parece que en Mendoza se valora tu profesión?

Siento que Mendoza tiene un nivel muy alto en el mundo artístico en general. Desde que empecé a tatuar hace aproximadamente cuatro o cinco años me he encontrado con personas muy talentosas en el camino, y cada vez hay más. Todxs mis amigxs y colegas del mundo del tattoo han llegado a encontrar o están en camino hacia un estilo único y propio, a diferencia de antes que se buscaba saber hacer todos los estilos. Hoy buscamos identificarnos y diferenciarnos del resto con nuestro arte. Sé que hay mucho talento en la provincia, pero a su vez no siento que sea valorado como merece. El tatuaje creo que es casi la única forma de arte donde la mayoría de las personas acceden a pagar su precio entendiendo por qué se cobra de esa forma. Y en el resto del arte las personas no quieren pagar lo que realmente vale una obra. Creo que puede ser difícil vivir del arte en este país, por eso banco tanto a las personas que de todas formas lo dan todo para poder vivir de lo que aman.

Tomás Llaneza

Tomás Llaneza entró en el mundo del dibujo desde chico, cuando inspirado por las historietas que leía, empezó a jugar haciendo las suyas propias. Pero su acercamiento más reciente sucedió en la pandemia, cuando encontró en lo digital una herramienta para volver a sentir lo lúdico de la infancia. «Lo digital te permite experimentar más y más fácil con formas, paletas de colores, estilos de trazo, líneas, además que borrar es solo apretar ctrl-z. Para mí fue un modo de volver a conectar con el dibujo y de poder experimentar de cero con algo que no conocía, un lienzo vivo que convive con toda la info que circula en la web».

El artista reconoce que no tiene un estilo definido, pero su búsqueda se centra en que los colores y las formas sean siempre protagonistas. «Intento interactuar entre un dibujo infantil, una paleta de colores vibrante y formas con movimiento». Al igual que sus temáticas, las cuales giran en torno a personas y momentos.

Uno de sus trabajos más recientes fue el arte de tapa del disco debut de la banda local Cote Lai, aunque también ha trabajado para otros músicos, como Fekus. «Trabajar con otros es siempre una experiencia enriquecedora que me gustaría hacer más»

«Puedo hablar casi como un outsider. Para mí la provincia tiene una gran tradición de artistas visuales que en lo personal me sirven como inspiración, cómo Bermúdez o Quesada. En la actualidad los nuevos formatos acercan mucho más a los artistas a la gente y eso da más visibilidad, aunque eso no signifique, en muchos casos, poder dedicarse a eso 100%. Mendoza es una gran usina de arte que puede seguir creciendo permanentemente, hay grandes artistas que pueden hacer crecer el consumo de este tipo de arte para poder hacerla sostenible para quienes quieran dedicarse a ella», opina Tomás al consultarle sobre su visión sobre el estado del arte del dibujo en la provincia.

 

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